Un estudio publicado en la revista The Lancet Child & Adolescent Health revela que más de 3.000 niños en España han perdido a su padre o a su madre como consecuencia de la pandemia del coronavirus.
Según este informe, la mayor parte de muertes correspondieron a padres –entre 1.900 y 2.200 fallecimientos– frente a madres –entre 700 y 800–. Además, esta situación de orfandad afectó más al grupo de menores de edades comprendidas entre 10 y 17 años –de 2.700 a 2.900 casos– comparado con el grupo de 5 a 9 –entre 500 y 600– y el de 0 a 4 –entre 200 y 400–.
Desde el comienzo de la pandemia hasta al 31 de octubre del pasado año, los investigadores resaltan que más de 5,2 millones de niños experimentaron la pérdida de un padre o una madre en todo el mundo.
Además, lo más preocupante del estudio es que conforme fue avanzando la pandemia, esta situación también aumentó paulatinamente, especialmente en África y el sudeste asiático.
El informe alerta que la pérdida de los padres o cuidadores es «devastadora y duradera» e incluye «la institucionalización, el abuso, los problemas de salud mental, el embarazo adolescente y las enfermedades crónicas e infecciosas».
«Las muertes paternas y maternas aumentan los riesgos de violencia física, emocional y sexual, problemas de salud mental y dificultades económicas familiares, y la muerte de un padre o una madre puede afectar a los niños de manera diferente», señala el estudio.
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