Imagen de la llamada píldora abortiva en una farmacia española, donde sí está permitido
Japón decidirá si autoriza la venta de píldoras abortivas
El país nipón no incluye los abortos en la seguridad social y es necesaria la autorización de un médico para adquirir la píldora del día después
Japón, con su ministerio de Salud al frente, decidirá en breve si se suma a la tendencia abortista de Occidente y permite la venta de píldoras abortivas, después de que la propuesta recibiera el viernes el respaldo de un grupo de expertos gubernamentales.
A pesar de que el aborto es legal en Japón hasta la 22ª semana, la única opción disponible es una intervención quirúrgica, siendo además necesario normalmente que el cónyuge o la pareja dé su consentimiento. Además, no está cubierto por el sistema nacional de salud y el acceso a la píldora del día después está supeditado por un médico.
Esta posible aprobación viene después de que la empresa farmacéutica británica Linepharma pidiera a las autoridades japonesas en diciembre de 2021 que aprobaran su píldora abortiva, que puede ser utilizada en las primeras semanas de embarazo. La propuesta fue examinada por un panel de expertos y «no vieron ningún problema en aprobarla», señaló una fuente del ministerio a la AFP.
Según los medios japoneses, el medicamento podría ser prescrito legalmente por doctores en marzo. Pero el gobierno solicitará primero una serie de opiniones y consultará a una junta de revisión de alto nivel debido al «gran interés público que suscita el tema», declaró el funcionario del ministerio.
Los abortos quirúrgicos, a diferencia de en la mayor parte de países europeos, no están cubiertos por el seguro médico público japonés, por lo que aquellas mujeres que quieran hacerlo deberán ir a una clínica privada. Estos pueden costar entre 100.000 y 200.000 yenes (entre 735 y 1.400 euros), siendo aún más caros los abortos más tardíos.
Los activistas proaborto también presionan al gobierno nipón para que mejore el acceso a la píldora del día después, que no puede adquirirse sin la autorización de un médico. Además, es el único medicamento que debe tomarse delante de un farmacéutico para evitar que se venda en el mercado negro.
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