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20 de abril de 2024

Estanislao arana

Dos pilares básicos para el ahorro de agua

En el buen uso de este recurso escaso, las administraciones que se ocupan de su gestión tienen un papel fundamental, pero no debemos olvidar la participación de la ciudadanía

Actualizada 04:30

Sé el cambio. El lema de este año del Día Mundial del Agua que Naciones Unidas celebra el 22 de marzo nos llama a cada uno de nosotros para que contribuyamos al ahorro de agua. En el buen uso de este recurso escaso, las administraciones que se ocupan de su gestión tienen un papel fundamental, pero no debemos olvidar la participación de la ciudadanía. Para que la sociedad sea capaz de consumir el agua de manera responsable, son necesarios dos elementos básicos: concienciación y tecnología.
Con carácter general, la concienciación ha mejorado mucho en los últimos años. La población es mucho más consciente que antes de la importancia del agua y, sobre todo, de la necesidad de ahorrarla. Las campañas que se están llevando a cabo, así como la difusión de noticias sobre la escasez de agua están cumpliendo sus objetivos. Además, todo el debate y la información en torno al cambio climático está sirviendo también para concienciar a la sociedad no solo de los problemas generales que trae consigo el calentamiento del planeta, sino también de las consecuencias que este fenómeno tiene sobre el agua.
La situación es mejor que hace unos años, pero aún no está todo conseguido. No podemos relajarnos: debemos continuar con esta labor de concienciación, haciendo partícipes de ella no solo a las administraciones públicas, también a todas las empresas del sector, a través de herramientas como los talleres de formación, la participación pública en los procesos relacionados con el agua… Hay muchas tareas que podemos y debemos seguir haciendo.

El agua en el sistema educativo

Para una concienciación más profunda de la sociedad sobre la importancia del agua, el papel de la educación es fundamental. Resulta complicado hacernos un dibujo exacto de los contenidos sobre agua que se desarrollan en el sistema educativo actual, debido a la dispersión de normativa autonómica en materia de educación, pero sí sabemos que en las materias de ciencias se incluyen algunos temas que tratan el agua en las distintas formas en que se presenta en la naturaleza. No obstante, se echa de menos una mayor presencia del agua en el sistema educativo.
El objetivo que debemos marcarnos es que, cuando los alumnos salgan del periodo educativo obligatorio, tengan conciencia de qué es el agua, cuál es su ciclo natural y los servicios esenciales ligados a ella, tanto para el consumo humano como para otros usos. Los jóvenes deben terminar su etapa escolar conociendo cómo se capta el agua, cómo se recicla, cómo se reutiliza y cómo se depura para devolverla en buenas condiciones a la naturaleza.
Debemos explicar el valor del agua, no solamente ambiental sino también de los aspectos económicos ligados a ella: para qué sirve, para qué se utiliza y cómo se trata, cómo se distribuye en las ciudades, cómo se depura y cómo se devuelve. En este sentido queda mucho por hacer.

Querer y poder ahorrar

Una vez el ciudadano está educado y concienciado en el ahorro de agua, necesitamos garantizar que tiene las herramientas adecuadas para poder hacerlo. En lo que respecta al consumo de agua en el hogar, por una parte, tenemos que seguir trabajando en la promoción de electrodomésticos más eficientes, donde todavía cabe margen de maniobra, además de establecer tarifas de uso de agua progresivas que induzcan a un consumo responsable. Esta última es una cuestión en que las empresas y administraciones gestoras ya están trabajando, y es importante seguir afinando los criterios para que realmente sean eficaces.
Otra posibilidad interesante y que ya es tecnológicamente factible es la introducción de herramientas para aumentar la información sobre el consumo de agua y, con ella, el ahorro del recurso. Por ejemplo, pueden introducirse contadores electrónicos que permiten conocer de manera inmediata, e incluso comparar, cómo se consume el agua.

Agua regenerada: cómo aumentar la disponibilidad del recurso

Junto al ahorro de agua, el aumento de la disponibilidad del recurso es el segundo gran pilar con el que contamos para garantizar el equilibrio hídrico. Las mejoras tecnológicas ligadas al tratamiento y la reutilización del agua han abierto una vía muy útil para aumentar la disponibilidad del recurso. En lo que respecta al consumo humano, su uso es muy minoritario, aunque técnicamente ya es posible obtener agua regenerada de gran calidad.
Dado que el uso del agua para consumo humano representa solo un 12% del total mientras que la actividad agraria acapara un 80%, impulsar el uso de agua regenerada en este último sector puede resultar mucho más útil que enfocar los esfuerzos al agua de boca. Una vía interesante para ello es la búsqueda de acuerdos entre el sector agrario y las administraciones públicas, para el suministro de aguas regeneradas a un precio más económico a cambio del agua natural a la que los agricultores tienen derecho por sus concesiones históricas.
Ya existen casos de éxito de este tipo de acuerdos, como el de la Marina Baja de Alicante. En este caso se estableció un consorcio entre la Diputación de Alicante, de la Confederación del Júcar y los ayuntamientos de la comarca de la Marina Baja para la permuta de aguas regeneradas a cambio de aguas limpias. Las aguas regeneradas se ceden a los agricultores a cambio del compromiso de no ejercer sus derechos concesionales, lo que ha generado un excedente de aguas naturales que el consorcio puede aprovechar para el abastecimiento humano.
Sociedad civil, administraciones públicas, empresas privadas, agricultores. Todos pueden ser motores de cambio para el buen uso del agua. Apostemos por el consumo responsable para garantizar el agua del futuro.
  • Estanislao Arana es director académico del Foro de la Economía del Agua
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