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25 de abril de 2024

Netflix

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Pago por uso

Pagar por emitir series, así se prepara la nueva brújula digital de Europa

El viejo continente ha perdido en 20 años la vanguardia tecnológica por «competir artificialmente»

La presentación de resultados de Telefónica escondía un secreto. Uno de esos de los que ha oído hablar todo el mundo, pero que nadie entiende. Un mensaje que desde la tecnológica más importante de España se quiere dar a Europa en vista del presente y del futuro que se cierne sobre la sociedad.
Los resultados fueron buenos, la acción vale más y el dividendo contentó a los accionistas. La expansión mejora los resultados. En resumen, Telefónica va bien. Decía José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, que «ya no somos una empresa de red de cobre de un monopolio estatal que un día se privatizó, esto ha cambiado».

Consulta europea

Europa necesita adaptarse tecnológicamente y, para eso, desde Bruselas se lanzó el mismo día de la presentación de resultados una consulta para trazar el nuevo plan tecnológico ante los nuevos retos que se esperan. También para conocer la postura de las tecnológicas europeas ante los grandes del entretenimiento y el uso del tráfico.
La inversión en redes de fibra que hay en España supera a Reino Unido, Alemania y Francia juntas. A lo que no está dispuesto el sector es que el 60 % del tráfico de esas redes lo ocupen Netflix, Google, Meta o YouTube. Quieren que colaboren al esfuerzo inversor y ponen un ejemplo muy evidente: «las plataformas son bidireccionales, cobran de dos sitios, pero en el caso del entretenimiento solo la financian los clientes. Si alguien paga al transportista por llevar productos, ¿por qué estas empresas no quieren pagar al que lleva su producto a los hogares?».
Alguien apuntaba la posibilidad de capar sus contenidos si no pagan, pero es inviable porque «va contra la neutralidad de la red, nosotros no cortamos tráfico, pedimos a los que consumen más que paguen más».
La consulta de Europa y las peticiones de las telecos van más allá. «Hay que definir que redes queremos en el futuro y para qué las queremos». Europa ya no está a la vanguardia de la tecnología porque «se ha pasado muchos años compitiendo artificialmente, faltarían 300.000 millones para desplegar redes y queremos que todos los actores colaboren para que esto salga adelante».

Competencia artificial

Esta competencia artificial es otro tema espinoso. Trata sobre la «regulación del siglo pasado» que permite que las nuevas empresas se aprovechen de los ductos de las que ya están en el mercado para crecer y todo acabe en «una subvención a los competidores, mantener precios artificiales y una competencia que no tiene sentido», explicaba Pablo Carvajal, responsable de Asuntos Regulatorios de Telefónica.
La consulta de Bretón en Bruselas lleva aparejada la presión de telecos como Telefónica para que se aprueba una regulación que, al menos, obligue a las tecnológicas a sentarse y hablar para poner en marcha ese ‘pago por uso’ de las carreteras de fibra.
«Lo que proponemos es justo», aseguró Álvarez-Pallete para volver a poner sobre la mesa un debate incómodo que, al menos, en Europa sí se tiene en cuenta.
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