La respuesta negativa ante el convenio planteado por el CARL ha sido abrumadora

La respuesta negativa ante el convenio planteado por el CARL ha sido abrumadoraEuropa Press

Cádiz

Los empleados de Acerinox no aceptan el convenio propuesto por los mediadores

Tras más de 100 días de huelga, casi la totalidad de los trabajadores de la empresa han votado que no ante las negociaciones propuestas

El rechazo ante las condiciones planteadas por el Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL), ha sido contundente. La amplia mayoría de la plantilla ha respondido a la proposición de convenio con un «no».

En concreto, han sido 1.200 trabajadores los empleados que se han opuesto a aceptar el convenio brindado, frente a 427 votos a favor del mismo. Esta propuesta fue trasladada a la plantilla y a la empresa el pasado lunes, 13 de mayo, por el Consejo Andaluz de Relaciones Laborales.

Según el CARL, entidad que depende de la Consejería de Empleo, para llevar a cabo esta proposición realizaron: «Un análisis en profundidad de todo el proceso seguido y, especialmente, la evolución de los movimientos negociadores de las partes y las argumentaciones ofrecidas». Además, han destacado que, para ellos, esta propuesta es equitativa y responsable de agrupar las necesidades, tanto de los trabajadores como de la propia empresa.

La propuesta del CARL se presentó después de que el equipo mediador reiterara que la única solución posible era que ambas partes aceptaran una propuesta de mediación sometida a votación por la asamblea de trabajadores. Esta solución tenía como condiciones que la empresa olvidara su propuesta de organización laboral de tres turnos, sumado a que el comité de huelga acordara llevar la propuesta de convenio del CARL a la asamblea y votación de todos los empleados.

Acerinox expresó que veía inapelable terminar con este conflicto. Por este motivo dejaría su decisión final en manos de la votación de los trabajadores. Si los empleados respaldaran la propuesta de mediación del CARL, la empresa aceptaría la propuesta, aunque para ellos estas negociaciones no fueran sinónimo de garantizar la viabilidad de la planta.

Para Acerinox este posible convenio, que estaban dispuestos a aceptar, supone una «ralentización de la necesaria adecuación de la planta a las condiciones de demanda y del mercado».

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