Pablo Sáenz celebra el 1-0

Pablo Sáenz celebra el 1-0RRSS Granada CF

El Córdoba, humillado por un colista ya descendido (3-0)

Los de Iván Ania, totalmente fuera del partido, caen vapuleados ante los de Germán Crespo y 'ascienden' al Castellón a Segunda División

Ya es oficial. El Castellón es equipo de Segunda División. Se acabó lo de abrir la ventana a la esperanza o clamar al cielo por si el cuadro orellut se deja puntos en el camino. Se hablaba muchísimo de un posible bajón en Castalia como si el Córdoba no fuera a tener sus problemas. Lo cierto es que, desde que el cuadro blanquiverde ganó a los de Dick Schreuder, estos han ganado sus siete partidos de liga de forma consecutiva. Buena manera de enterrar fantasmas. En El Arcángel se creyó hasta el final. Y ese final ha llegado hoy de la manera más imprevisible: siendo vapuleado por un colista ya descendido desde hace un mes.

Ni un tiro a puerta en todo el partido

Y eso lo deja todo dicho. En Los Cármenes se presentaba el Córdoba con la obligación de ganar para dejar virtualmente cerrada la segunda posición. Y no solo es que no lo haya conseguido sino que, además, deja un poso entre el cabreo y la preocupación de cara a las próximas jornadas. Porque lo de esta tarde en Granada no se circunscribe a una mala tarde o a la falta de acierto en las áreas, no. Lo de hoy solo es achacable a una desconexión y una falta de actitud impropias de un equipo que ha demostrado durante todo el campeonato ser el segundo mejor equipo de toda la categoría.
Y eso no se vio en ningún momento frente al Recreativo Granada. En contadas ocasiones los de Iván Ania merodeaban el área de Pol Tristán. Varios avisos que se marchaban fuera de Simo, Carracedo o Casas, pero poco más. El de La Rambla fue uno de los cambios que introdujo en el once el técnico asturiano con respecto a la victoria ante el Málaga. Los otros fueron Álex Sala por Diarrá, Iván Rodríguez por el sancionado Albarrán y Simo por Adilson. Equipo más que de garantías, pero cuando falta la actitud... poco hay que hacer.

3-0... y gracias

En la segunda mitad llegó el enfado mayúsculo. El Córdoba seguía jugando a que pasaran los minutos, como si la propia inercia del encuentro o la situación en la tabla fueran a ganar el partido solos. Y, claro, delante había un filial de un equipo de Primera División. Descendido hacía tres semanas pero con jugadores de calidad. Y uno de ellos, Pablo Sáenz, en una brillante acción personal batía a Carlos Marín con un potente disparo con la zurda en el minuto 64. Tocaba reaccionar. Ania dio paso a un triple cambio, pero ni Kike Márquez, ni Diarrá, ni Adilson fueron los revulsivos esperados. Todo lo contrario. Más pérdidas de balón, poco control del juego y una pasividad defensiva que asustaba.
Tanto que lo lógico era pensar que podía haber un castigo mayor. Y vaya si lo hubo. En otra de las transiciones ofensivas de los de Germán Crespo en la que los jugadores del Córdoba volvían trotando en el mejor de los casos, Faye empujaba a la red el 2-0. Vergüenza mayúscula para los más de 300 seguidores del conjunto blanquiverde que decidieron desafiar la afrenta de la directiva nazarí durante la semana. Pero ni ese segundo tanto espoleó a los de Ania, que todavía tuvieron que recibir el tercero en el minuto 89. Lassina, tras presentarse solo frente a Carlos Marín y bailar como quiso a su par, estableció el tercero.
Y el cuarto no llegó porque el Recreativo Granada no tuvo acierto en los metros finales. Con ese panorama se presenta ahora el duelo ante el Atlético Sanluqueño del próximo sábado (20:00 horas). El Córdoba tiene que volver a ganar. Por obligación, para asegurarse la segunda plaza y para dejar en el (mal) recuerdo una actuación humillante.
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