Mantenimiento
Meses atrás Luca de Meo, máximo responsable de Renault, denunciaba que hace ya tiempo que los fabricantes europeos deben preocuparse más del marco legal creado por Bruselas en el sector del automóvil que de fabricar coches.
Los constantes cambios de opinión del Parlamento Europeo se traducen en inversiones millonarias por parte de los fabricantes para adecuar sus coches a las nuevas y cambiantes regulaciones.
Si hace sólo un par de años Bruselas confirmaba por escrito la completa electrificación del sector con coches 100 % eléctricos, hoy en día ya se habla de coches híbridos, híbridos enchufables y de combustibles sintéticos.
Soluciones que todo parece indicar que van a convivir en el mercado durante muchos años. Una decisión muy acertada si no fuera porque decenas de fabricantes habían metido ya en el cajón sus motores de combustible, cuya evolución habían detenido.
Algo similar a lo que ha ocurrido en materia de reparaciones y recambios. Si hace sólo un año la Unión Europea abogaba por que los fabricantes pudieran decidir de manera unilateral el achatarramiento de un coche en concreto por problemas de emisiones o seguridad, ahora el Parlamento Europeo acaba de aprobar la ley del derecho a reparar.
Se trata de una ley que va dirigida tanto a los electrodomésticos como a los automóviles y obliga a que los fabricantes dispongan de repuestos a precios razonables más allá del plazo de garantía de un vehículo.
La Unión Europea obliga también a que los fabricantes permitan que terceros lleven a cabo la reparación de automóviles con piezas oficiales que deben comercializar a precios razonables, lo mismo que debe ocurrir con las herramientas y con los programas y el software que permiten el correcto funcionamiento de los automóviles.
Esta normativa termina con el monopolio de firmas como Tesla, que son muy reacias a la hora de comercializar recambios y sobre todo a la hora de dar acceso a terceros a las actualizaciones de software, algo que tendrán que hacer por ley si quiere seguir comercializando coches dentro de la Unión Europea.
De la misma manera se autoriza a la utilización de recambios realizados con impresoras de 3D, lo que abriría un universo de posibilidades a los talleres. Los fabricantes deberán asegurar además plazos de reparación razonables y poner a disposición de los usuarios vehículos de sustitución mientras dura la misma.
Con esta medida Bruselas pretende terminar con que las reparaciones de un electrodoméstico o de un coche sea más cara que la compra de uno nuevo, un problema en materia de emisiones pues tiene un coste incuantificable. Se trata de atajar de esta manera la obsolescencia programa, pues el fabricante será responsable del producto con el paso de los años.
A falta de más detalles se trata de una ley que podría afectar de lleno a los coches eléctricos, en los que es habitual que la batería cueste más que el resto del coche entero, un problema que deberán solucionar los fabricantes.
Esta normativa entrará en funcionamiento en un plazo de dos años y los estados miembros de la Unión Europea serán responsables de la articulación legal en cada país.
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