Práctico
Recientemente la DGT confirmó que este año se iban a poner en funcionamiento un centenar de nuevos radares en España, lo que significa que cuanto estén en funcionamiento ya habrá más de 3.000 radares y cámaras de control de móvil y cinturón en activo en territorio nacional, excluyendo Navarra, País Vasco y Cataluña, que tienen transferidas las competencias de tráfico.
Se trata de una cifra respetable que nos coloca como la quinta potencia europea en radares tras Italia, Reino Unido, Alemania y Francia.
En este caso los equipos son de tres tipos fundamentalmente: fijo, móvil o de tramo. Los operarios de carretera son en muchos casos los responsables de su mantenimiento y de ayudar a los técnicos en su colocación y calibración, por ello se saben todos su secretos.
Uno de los menos conocidos y más útiles es el que hace referencia a los radares colocados en pórticos de carretera, grandes estructuras que normalmente sirven para colocar paneles de mensajes y similares.
Los propios paneles impiden a los conductores ver si en su parte trasera hay cámaras o algún equipo de radar midiendo a los coches, una técnica muy habitual, pues es imposible saberlo hasta que has pasado por debajo.
En este caso un operario de carretera nos da una técnica infalible que consiste en fijarse bien en las vigas verticales que sostienen la estructura, si tienen escalerilla significa que ese pórtico puede tener un radar, pero si no tiene escalerilla podemos estar tranquilos.
Hay que tener en cuenta que estos radares requieren de un mantenimiento periódico, por lo cual siempre se colocan en pórticos con escalerilla para que los operarios puedan acceder con relativa facilidad.
Este tipo de radares corresponden a la categoría de fijos, y tras multarnos al pasar recibiremos la denuncia en casa pasados unos días, habitualmente entre una y dos semanas.
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