Imagen de archivo de una residencia de ancianos

Granada

Condenan a cinco empleados de un geriátrico de Granada por la muerte negligente de un anciano

El hombre, de 82 años, falleció asfixiado porque las barreras no estaban ancladas a la cama

El Juzgado de lo Penal 5 de Granada ha condenado a cinco trabajadores de una residencia por un delito de homicidio por imprudencia por la muerte de uno de los usuarios, un hombre de 82 años que falleció asfixiado como consecuencia del mal estado de las barandillas de seguridad de su cama.

La sentencia, contra la que no cabe recurso porque es fruto de un acuerdo entre las partes, condena a tres de los trabajadores como autores de un delito de homicidio por imprudencia grave y a otros dos por homicidio por imprudencia menos grave, mientras que absuelve a otros cuatro empleados.

Los hechos se remontan a la noche del 30 de abril de 2022, cuando el fallecido, un hombre de 82 años que llevaba desde febrero de ese año en una residencia del área metropolitana de Granada, fue acostado en su habitación por el personal del centro.

El octogenario estaba en ese centro especializado para recibir atención de su enfermedad, y entre la prescripción por sus necesidades se incluyó un sistema de sujeción que incluía un cinturón abdominal para el sillón durante el día y otro cinturón abdominal, junto con barandillas en la cama, durante la noche.

Cuando se acostaba, el personal debía colocarle sobre el abdomen un cinturón para sujetarlo a la cama, que debía tener barandillas laterales que hacían de barrera para evitar, de igual modo, que el residente pudiese desplazarse lateralmente y caer.

Barreras sin tornillos de anclaje

Según la sentencia, la noche de su muerte, el personal acostó al paciente y, «obviando de manera flagrante sus obligaciones», nadie comprobó que las barreras estuvieran ancladas a la cama, por lo que atendieron al fallecido «de forma irregular».

Tras un cambio de turno a las 21:00 horas, dos auxiliares de enfermería se quedaron como las dos únicas trabajadoras en la residencia para atender a unos 130 usuarios, lo que incumple la ratio exigida por ley.

Durante su turno, estas auxiliares encontraron al octogenario en un lateral de la cama, con las rodillas apoyadas en el suelo, el cuerpo sujeto por el cinturón abdominal y las barandillas de la cama caídas junto a él. Aunque lo asistieron de urgencia, había fallecido en el acto por una compresión torácica que le provocó una insuficiencia respiratoria aguda.

En una inspección ocular, la Guardia Civil comprobó que las barandillas que debían haber estado sujetas a la cama carecían de los tornillos de anclaje.

Según la sentencia, que ha adelantado el periódico Ideal y en la que el despacho Luna y Asociados ha representado a la familia que ejerce la acusación particular, la residencia estaba usando camas y barandillas sin contar con el preceptivo sistema de anclaje.

Por tanto, la sentencia ha condenado a tres de los acusados a una pena de un año y medio de cárcel, a la que no entrarán según el acuerdo entre las partes, y otros tres de inhabilitación especial para el ejercicio de cargo de dirección de centros geriátricos. Otros dos acusados, condenados por un delito de homicidio por imprudencia menos grave, tendrán que pagar 600 euros de multa, mientras que los cuatro restantes han sido absueltos.