El megapuerto marroquí que desafía la fortaleza andaluza en el Estrecho con dinero de la UE

Andalucía observa con creciente preocupación el avance de Nador West Med, el nuevo megapuerto que Marruecos construye a solo 50 kilómetros de Melilla y que amenaza con alterar el equilibrio logístico en el estrecho de Gibraltar. La paradoja es que este ambicioso proyecto se financia en buena parte con fondos procedentes de organizaciones vinculadas a la Unión Europea (UE).

La inversión prevista hasta su plena operatividad en 2030 asciende a unos 730 millones de euros, de los cuales más de 300 millones corresponden a préstamos del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), integrado por 71 países, incluidos España y Marruecos, y dos instituciones supranacionales, como son el Banco Europeo de Inversiones y la propia Unión Europea.

El BERD ha concedido tres créditos a Marruecos para financiar su proyecto. El último se formalizó el pasado mes de marzo y ascendió a 110 millones de euros, cuantía que se suma a los casi 200 millones que se le otorgaron en las otras dos operaciones, aprobadas en 2015 y 2022.

Además, Bruselas ha respaldado el desarrollo de la zona franca de la Bahía de la Botella, donde se levantará el puerto, con una subvención de cinco millones de euros. A esto se suman otros 5,5 millones de euros para proyectos de sostenibilidad, incluyendo plantas de tratamiento de aguas residuales y sistemas de alumbrado eficiente.

Nador West Med tendrá capacidad para mover entre 3,5 y 5,5 millones de contenedores anuales y hasta 25 millones de toneladas de hidrocarburos. Estas cifras lo colocan como competidor directo de los puertos de Algeciras, Málaga, Motril y Almería, que además operan bajo normativas medioambientales más estrictas.

Los puertos europeos, en general, están sujetos a la normativa comunitaria que controla las emisiones de dióxido de carbono. Esta regulación incluye la tasa ETS, un impuesto que grava la distancia que recorren los barcos desde su puerto de origen hasta un punto de descarga europeo. Así, algunas navieras ya modifican sus rutas y valoran hacer escala en puertos marroquíes para evitar el recargo, lo que resta competitividad a las terminales vecinas de Andalucía y Melilla.

La primera fase del proyecto de Nador West Med concluirá entre finales de 2026 y principios de 2027, momento en que Marruecos estará en disposición de ofrecer un nuevo nodo logístico con costes laborales y operativos notablemente inferiores a los europeos. Además, gracias a su ubicación estrategia, los barcos apenas tendrán que desviarse unos kilómetros de sus rutas internacionales para aprovechar estas ventajas.

Así será Nador West Med

Según su diseño, Nador West Med contará con un dique principal de 4.200 metros, un contradique de 1.200 y un muelle de 1.440 metros con un calado de 18 metros. Además, dispondrá de una plataforma de 60 hectáreas y equipos de última generación: ocho grúas pórtico, 24 grúas RTG y cuatro grúas móviles para agilizar la carga y descarga de contenedores.

El proyecto tiene una clara vocación energética. Además de su terminal de hidrocarburos, incluirá instalaciones para carbón, carga general y mercancía rodada. Con ello, Marruecos pretende atraer no solo tráfico de contenedores, sino también industrias asociadas al suministro de energía y materias primas.

Para Andalucía, el desafío es evidente. El puerto de Algeciras despachó 4,7 millones de contenedores en 2024, pero podría perder protagonismo si el tráfico de transbordo se traslada hasta el nuevo complejo marroquí. El hecho de que la Unión Europea financie, directa o indirectamente, a un competidor extracomunitario genera serias dudas sobre la defensa de los intereses estratégicos de los puertos europeos frente a rivales externos.