Puente de Cádiz

Vista área del puente de la Constitución de 1812 de CádizIgnacio Gomez Millan

Cádiz

El puente de La Pepa cumple 10 años: es uno de los más altos del mundo y absorbe el 57 % del acceso a Cádiz

Esta infraestructura que redibujó el perfil de la Bahía costó 511 millones y ocho años de obras

Hace justo diez años, el 24 de septiembre de 2015, la ciudad de Cádiz estrenaba una de las infraestructuras más espectaculares de Europa, llamada a canalizar el siempre complicado flujo de acceso y salida a esta pequeña península. El puente de la Constitución de 1812, conocido popularmente como de La Pepa, venía a ser para el siglo XXI lo que el puente Carranza había sido para el XX.

Desde su apertura, este segundo puente de la ciudad y tercer acceso junto a la entrada terrestre por San Fernando (Carretera CA-33, antigua N-443), no ha hecho sino ir absorbiendo paulatinamente el tráfico que comunica el continente con la Tacita de Plata. Hacia 2017 ya representaba el 50 % del flujo, mientras que, según datos de finales de 2024, actualmente canaliza el 57 % de accesos y salidas.

De media, el puente de la Constitución de 1812 registra el paso diario de 29.145 vehículos frente a los 21.492 del José León de Carranza. En su año de inauguración, la media diaria fue de 19.044, acaparando solo el 37 % del acceso y salida. Pero además de haber alcanzado el objetivo funcional por el cual fue levantado, esto es, dar servicio a un área metropolitana de casi 800.000 habitantes entre Jerez y la Bahía de Cádiz, el «segundo puente» se ha erigido en una obra señera.

Más gálibo que el Golden Gate

Se trata de uno de los más largos y altos de Europa y del mundo. El puente de Cádiz tiene un alto de 187 metros y una longitud de 3.092 metros, con 34 pilas y dos torres, de las que nueve pilas y una torre están en el mar. Es el segundo puente marítimo de mayor gálibo vertical (altura desde el tablero sobre el plano del agua) del mundo, después del Puente de Verrazano Narrows de Nueva York, y por delante del Puente Golden Gate de San Francisco. Sería el puente atirantado más alto de Europa tras el de Normandía y el de Rio-Antirio, en Grecia. En España, solo el de Castilla-La Mancha, en Talavera, sería más alto si se cuenta el mirador que se añadió.

Además, esta faraónica obra que costó 511 millones de euros, cuenta con un tramo desmontable que mediante el izado con grúas permite el paso de embarcaciones con un gálibo superior a 69 metros. Un equipo de hasta 30 personas trabaja noche y día en la vigilancia y mantenimiento de esta infraestructura.

Su origen se remonta a finales de los años 80, cuando ya surgieron los primeros proyectos para un nuevo puente que acompañara al Carranza, inaugurado en 1969. En 2003 se fecha la Orden de Estudio de la Dirección General de Carreteras y las obras comienzan en 2008. Se preveía la apertura del puente para 2012; sin embargo, acabó inaugurándose tres años después, tras casi ocho de obras.

El proyecto fue redactado por el ingeniero de caminos, canales y puertos Javier Manterola, y la obra fue ejecutado por Dragados. El puente fue bautizado en honor la Constitución de 1812, gestada y firmada en Cádiz durante la invasión francesa de España. Ahora, diez años después, el puente de La Pepa sigue sumando tráfico mientras su vecino, el Carranza, está inmerso en un proceso de «resignificación» de su nombre para convertirlo en puente Rafael Alberti.

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