El pueblo donde se inspiró Chopin: la historia secreta de Valldemosa

Valldemossa es una de las más bellas joyas rurales y arquitectónicas que posee la isla de Mallorca. Este pueblo, Patrimonio Mundial por la Unesco, se encuentra situado entre las montañas de la sierra de Tramuntana, que contiene hectáreas y hectáreas de paraíso natural. El encanto de dicho lugar ha enamorado a grandes nombres de la historia universal, entre ellos, Fréderic Chopin.

El polaco, uno de los mejores compositores de todos los tiempos, escogió Valldemosa como un refugio sanador para luchar contra su enfermedad. Atraído por su increíble encanto, también entendió que el clima mediterráneo podía erigirse como un elemento clave para curar una tuberculosis que empeoraría tras dicha decisión.

Su llegada se produjo en el invierno de 1938, acompañado de la escritora francesa George Sand. Juntos se instalaron en la Cartuja de Valldemosa, un antiguo monasterio del siglo XIV que hoy es todo un símbolo cultural para el pueblo. Lo que prometía ser una estancia idílica se acabó convirtiendo en un infierno frío para el músico, pues la tremenda humedad del entorno no hizo más que empeorar su delicado estado de salud.

Además, el viaje a Mallorca conllevó la separación de su amado piano, por lo que Chopin tuvo que conformarse con seguir puliendo su arte con un piano alquilado. Por estos motivos, no permaneció en la isla más allá de aquel mágico invierno de 1938. Un invierno tortuoso, pero mágico, al fin y al cabo, no solo por la presencia de un grande de la música universal en uno de los mayores paraísos de Baleares, sino porque en medio de aquel bello y frío infierno, brotaron algunas sus mejores composiciones, como Preludios Op.28.