
La niebla cubre por completo el casco histórico de Toledo, salvo el Alcázar y el campanario de la catedral
El mar de niebla de Toledo, el prodigio que convierte a la ciudad en una isla en medio del océano
La explicación científica proviene de la humedad y de la inversión térmica. La niebla se forma en el río y sube, algunas veces hasta cubrir la ciudad por completo
La niebla no es, ni mucho menos, un fenómeno único de Toledo. En muchos lugares del España y del mundo produce imágenes espectaculares y fantásticas en sus distintas apariciones, pero ninguna tan especial, y en este caso si es única, como cuando aparece en la ciudad imperial, sobre todo en invierno, para «sumergirla».

Toledo sumergido en la niebla
Es lo que se conoce como el «mar de niebla», un auténtico mar que oculta la ciudad construida sobre una colina rocosa, por encima de la superficie, hasta que esta, en la disipación de la calígine, comienza a emerger como un fantasma, o como una realidad entre el vestido del fantasma.
La aguja de la catedral emergiendo de entre la niebla
La explicación científica proviene de la humedad y de la inversión térmica. El Tajo que rodea la ciudad como una especie de vaporizador. La niebla se forma en el río y sube, algunas veces hasta cubrir Toledo por completo, pero la mayoría «solo» hasta dejar al descubierto su parte más alta, que es el Alcázar, además de la aguja de la catedral.
Niebla en el interior de Toledo vista desde una de sus puertas
Una visión pasmosa, irreal, desde los miradores que rodean la ciudad y una sensación de nebulosa en el interior, para sus habitantes, que caminan sobre un Toledo sumergido en un océano y convertido en una isla milenaria e imposible donde la arquitectura única se funde con la naturaleza única para crear un espectáculo visual donde solo faltan los barcos volando entre las nubes.