
Interior de la plaza del Viejo Coso
La escondida primera plaza de toros de Valladolid, donde ahora vive gente
La plaza del Viejo Coso constituye uno de los lugares más peculiares y desconocidos de la capital pucelana
Hasta comienzos del siglo XIX, los vallisoletanos celebraban los festejos taurinos en lugares como la Plaza Mayor o en la de San Pablo, colocando tribunas de madera para los espectadores de forma provisional e imitando a la icónica plaza del Coso de Peñafiel. No sería hasta 1834 cuando Valladolid tuvo su primera plaza de toros, que estaría en funcionamiento hasta 1890, año en el que se estrenó la actual, en el Paseo de Zorrilla.
Durante más de medio siglo, en la actual zona ajardinada de la plaza del Viejo Coso, toros y toreros se batían a la vista de hasta 8.000 espectadores, que se apostaban en los balcones que hoy limitan las viviendas del que es uno de los emplazamientos más escondidos e ignotos de la capital pucelana.

La plaza del Viejo Coso antes de convertirse en el actual conjunto de viviendas
La primera plaza de toros vallisoletana se construyó en el contexto de la desamortización de Mendizábal entre las calles San Quirce y San Ignacio, sobre las casas del conde de Salinas y el Hospital de Pobres, y junto al palacio de Fabio Nelli. Su diseño tiene forma octogonal, de la misma manera que otras plazas como las de Jerez, Granada o Tarazona, y con corredores que conforman una corrala.

Vista aérea de la plaza del Viejo Coso, en Valladolid
Al ser sustituida por la actual plaza de toros, la del Viejo Coso se abandona y se reconvertiría después en una casa cuartel de la Guardia Civil con 45 viviendas, suprimiendo el tendido y añadiendo una segunda crujía interior. No sería hasta la década de los años 80 del siglo XX cuando pasó a formar el actual conjunto de pisos, en base al proyecto de los arquitectos Manuel Finat y Javier López de Uribe.

Pórtico de entrada a la escondida primera plaza de toros de Valladolid, en la calle San Quirce
Como admite el Ayuntamiento de Valladolid sobre este peculiar lugar, «la Plaza del Viejo Coso es un rincón de Valladolid desconocido tanto para turistas como para mucha gente local. Aunque está bastante cerca de muchos monumentos turísticos de Valladolid, hay que saber llegar, ya que está algo escondida, y muy poca gente sabe de su existencia».
Y es que para encontrarla, hay que rebuscar un poco y tan solo cuenta con dos accesos desde las mencionadas calles que no presagian en absoluto lo que se oculta en el interior. Además, la plaza, como zona residencial, es de uso privado a partir de las diez de la noche, cuando se cierran sus entradas bajo llave.