En Villabellaco, bajo la divisa ‘Arte en madera y movimiento’, las esculturas de Herminio, de olmo, roble, peral, reviven un pasado rural que él conoció de primera mano y cobran vida al paso de los visitantes. «La mayoría de las tallas están hechas de una sola pieza», explica destacando su compromiso con la autenticidad. Un batán que recrea el trabajo textil, un molino harinero movido por agua, una maqueta de la matanza del cerdo: cada obra es un homenaje a los oficios que vio en su juventud. «Cosas que vi en mi juventud, como los batanes o el recorrido por el Canal de Castilla», dice señalando una maqueta que cobra vida con un pulsador.