
Retrato de Miguel de Cervantes
El enigma del verdadero rostro de Cervantes, a examen en Valladolid
El Museo dedicado al mayor escritor de la literatura hispana ahonda en el hecho de que apenas se sepa sobre su apariencia a través de un solo testimonio
El Museo de Cervantes de Valladolid ha programado para este verano una veintena de actividades gratuitas con las que ahonda en el «enigma» que aún pesa sobre el creador de Don Quijote de la Mancha, su rostro.
El director del museo, Pedro González; la coordinadora del proyecto, Débora Ordaz; el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales; el director de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), José Luis Cienfuegos, y el pianista y Premio Nacional de Música Diego Fernández Magdaleno han presentado este jueves, 5 de junio, la programación denominada Lo lleva escrito en la cara.
Una exposición, seminarios, conferencias, cine, conciertos o visitas guiadas componen el «plural» y «versátil» programa propuesto por el centro, que mira así a una de las «grandes deudas» de la historia con una de las principales figuras de la literatura española, Miguel de Cervantes, que, «paradójicamente», es el «menos reconocible» físicamente, tal y como ha señalado González.
Así, bajo el título de Cervantes. Un rosto en palabras, una muestra cápsula invita, hasta el próximo 5 de octubre, a «reflexionar sobre el enigma fascinante» en torno al rostro del novelista y poeta, de quien no se conoce un retrato auténtico más allá del «sinfin de imágenes» que se han elaborado a lo largo de los siglos a partir del único testimonio fidedigno de su apariencia, la autodescripción que dejó en el prólogo de sus Novelas ejemplares (1963).
«Éste que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos...», reza ese prólogo.
Dicha descripción inspiró en el siglo XVIII a artistas como William Kent o José del Castillo en ediciones de lujo del Quijote, mientras en los siglos XIX y XX, surgieron decenas de representaciones basadas en mitos y conjeturas, y pinturas atribuidas a autores como Pacheco o Jáuregui generaron debates entre cervantistas tradicionales y críticos modernos.
La vanguardia del siglo XX reinterpretó a Cervantes y su obra con libertad creativa, como muestran, por otro lado, los grabadores Louis Jou o Eberhard Schlotter. Posteriormente, la imagen de Cervantes se popularizó en objetos cotidianos como sellos, carteles, etiquetas o barajas.
Así, la muestra exhibe una decena de piezas, todas pertenecientes a la colección del museo y que en su mayoría no han sido «nunca expuestas», tal y como afirmado Ordaz, quien ha destacado elementos como ediciones de las Novelas ejemplares, el primer retrato basado en el citado prólogo y realizado por Kent para una edición del Quijote o un «gran cuadro» anónimo de finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX.
Estos centran la primera de las cuatro partes en las que se ha dividido la exposición, mientras en la segunda se recogen obras de la época en la que proliferaron los retratos, incluido el atribuido a Juan de Jáuregui, el «modelo más icónico y conocido en la actualidad». Asimismo, en la tercera se exponen producciones más modernas y en la cuarta y última, diversos objetos.
Otra de las novedades para la programación de este verano es el seminario de escritura Entre un prólogo y un epílogo: una vida, organizado en colaboración con la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León, y que está dirigido por el director de la Escuela, José Manuel Mora, y el dramaturgo, escritor y director de escena, Javier Hernando.
La propuesta es la de apostar por el «futuro de la escritura», ha destacado González, quien ha precisado que para ello se toma como «punto de referencia» el contexto histórico y artístico del Siglo de Oro «bajo la atenta escucha de los desafíos creativos del siglo XXI».
A esta le sigue, ya en el mes de julio, un ciclo de cine al aire libre, titulado Dobles rostros y bajo comisariado del director de la Seminci. En esta cita se proyectarán tres cintas que versan sobre tres relatos de mujeres que solo consiguen descubrirse a sí mimas al verse reflejadas en otras.
Tres directoras clave del cine europeo actual, Susanna Nicchiarelli (Nicco, 1988), Justine Triet (El reflejo de Sibyl) y Joanna Hogg (La hija eterna) dirigen a tres grandes actrices, Trine Dyrholm, Virginie Efira y Tilda Swinton, en las propuestas escogidas por Cienfuegos, quien ha buscado cintas «diferentes en tono y contenido» pero que «dialogan bien entre ellas».
Ya en el mes de septiembre, el Museo Casa de Cervantes albergará un ciclo de conferencias en el que especialistas como José Manuel Lucía Megías, Juan Miguel Sánchez-Vigil, Belén Altuna, Ignasi Aballí o Estrella de Diego analizarán, bajo la óptica de la literatura, la fotografía, la filosofía, la crítica de arte y la creación contemporánea, el bosque de identidades que la figuración del rostro ha devuelto, de Cervantes a hoy.
Otra de las propuestas será el recital de piano de Diego Fernández Magdaleno, quien ha preparado un retrato sonoro de la época y de la visión actual de lo que ha sido Cervantes, para lo que ha unido música de la época del literato y piezas escritas por otro en relación con la figura y obra del mismo, tal y como ha detallado.
Asimismo, se desarrollará la quinta edición del Club de Lectura El Coloquio de los Perros, un espacio «amable» para «disfrutar de la palabra escrita» y en el que se abordarán tres libros centrados en el «concepto del rostro» para trabajar aspectos vinculados a la identidad personal. Estos serán Cara de liebre, de Liliana Blum; La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casarez, y El hombre caja, de Kobo Abe, en una actividad dirigida por el filósofo y librero Rodrigo Simón.
Talleres de collage, literarios, musicales o para familias completan la programación, que también cuenta con visitas vespertinas, además de un campamento infantil.
En este contexto, el subdelegado del Gobierno en Valladolid ha puesto en valor la programación, la cual considera una «celebración de la cultura en su sentido más amplio», un calendario «pensado para todos y todas», y reflejo del objetivo del museo de acercar la cultura «con calidad, sensibilidad y vocación de universalidad».
Todo ello, ha manifestado, pese a sus recursos «limitados» que se suplen con el «compromiso» del equipo de este espacio cultural que ha superado ya los niveles de asistencia prepandemia, con un 51 % más de visitantes en el último año.
Canales ha apuntado, en este sentido, que el museo se encuentra en un «punto de inflexión» que pasa también por el proyecto de ampliación, que espera pueda «ver la luz en no mucho tardar», para seguir así manteniendo viva la figura y obra de Cervantes.