Esta ermita es una de las grandes joyas de la arquitectura prerrománica, y se sitúa en Quintanilla de las Viñas en la provincia de Burgos. Es un edificio misterioso, ya que se desconoce su autoría y en qué fecha fue construida. No se conserva por completo su estructura, pero lo que se puede ver en la actualidad es su ábside de planta cuadrada, y parte de su crucero. Fue reconocida como Monumento Nacional en 1929.
Su singularidad radica en los frisos que recorren sus muros exteriores –figuras vegetales, animales, monogramas–, y en los capitales de su interior aparecen relieves del sol y la luna sostenidos por ángeles. Toda esta simbología es lo que hace que sea difícil datarla en un momento concreto.