El lamentable estado de una iglesia medieval burgalesa que ha obligado a trasladar el culto a la entrada

La iglesia de San Esteban Protomártir de Revillalcón, de origen románico, agoniza desde hace una década mientras los conservacionistas del patrimonio elevan la voz de alerta y en el pueblo no quedan muchas esperanzas de una necesaria rehabilitación integral

En la comarca de La Bureba, «el corazón de las tierras de Burgos», según Azorín, se encuentra la iglesia medieval de San Esteban Protomártir, en la localidad de Revillalcón, perteneciente al municipio de Salinillas de Bureba. El templo de origen románico se encuentra en un estado lamentable, lleno de grietas, que provoca que el culto se haya tenido que trasladar a la entrada, ante el riesgo de derrumbe.

Hispania Nostra

El estado del templo del siglo XII ha llevado a la organización de defensa del patrimonio Hispania Nostra a incluirlo en su lista roja, donde se integran los edificios en grave riesgo de desaparición, como es el caso.

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En el pueblo no hay mucho margen de maniobra para intentar salvar la iglesia. Con 15 habitantes censados, poca presión se puede hacer para que las administraciones reparen en uno más de los templos pseudoabandonados de la vieja Castilla. Según confesaba el presidente de la junta vecinal, Julio Rufino, a Diario de Burgos, en realidad en Revillalcón residen a diario cinco personas y, según denuncia, «no interesa invertir en zonas tan despobladas».

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Y es que la situación de la iglesia de San Esteban Protomártir, como la de tantas otras similares en la España vacía, requiere de una gran inversión económica. En concreto, el presupuesto de la rehabilitación integral que necesita el templo ascendería hasta los 100.000 euros. Aun así, no se han resignado y han intentado presentar, sin muchas esperanzas, un proyecto que permitiera optar a distintas ayudas. La realidad, sin embargo, según Rufino, es que «no interesa invertir dinero en zonas tan despobladas».

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Y no porque arquitectónicamente San Esteban Protomártir no tenga valor. Se trata de un templo de una sola nave rematada por un ábside semicircular. A sus pies se levanta una espadaña de tres cuerpos, de origen seguramente románico aunque remozada posteriormente. El interior posee una bóveda de cañón apuntado y se caracteriza por una carencia total de ornamentación escultórica. En el exterior los restos escultóricos existentes se hallan en los canecillos y en la portada del muro sur. Adosada al presbiterio norte se halla la sacristía y un cillero, adosado al primer tramo del muro norte, según describen desde Hispania Nostra una iglesia que ha pasado a engrosar una lista roja con decenas de exponentes en la provincia de Burgos.

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