El monasterio renacido de entre los escombros que ahora es uno de los monumentos más emblemáticos de Zamora

Está considerado como el monasterio cisterciense más antiguo de España –al menos, uno de los más– y hace tres décadas era poco más que un conjunto de piedras amontonadas. Su destino parecía, como el de tantos otros monumentos castellanoleoneses, el abandono y el olvido definitivo, pero Santa María de Moreruela, en Zamora, renació de entre los escombros para convertirse en una pequeña joya patrimonial que se puede visitar.

Fundado en el siglo XII bajo el patronazgo de los herederos de Ponce Giraldo de Cabrera, el 'Príncipe de Zamora', este conjunto de estilos románico y gótico está situado cerca de la localidad de Granja de Moreruela, prácticamente a medio camino entre la capital zamorana y Benavente, junto a la Vía de la Plata.

Su poderío económico apenas duró un siglo, pero supuso toda una época dorada en la que se establecieron prioratos y los monjes –que un día llegaron a ser dos centenares– poseían buena parte de las tierras circundantes. Ello se tradujo en que el complejo tenía una gran actividad y trasiego, con pastores, vaqueros, mozos de cuerda, hortelanos o cocineros trabajando allí.

Los siglos siguientes fueron marcando un paulatino declive y, como en otros complejos castellanoleoneses y españoles, las desamortizaciones del siglo XIX dictaron su declive y lo que un día fue un lugar que lució con todo su esplendor, pronto se convirtió en una auténtica ruina. Su actividad religiosa puso el punto final en 1835 y la rapiña y el abandono regirían su vida durante un siglo.

La Segunda República lo declaró Monumento Histórico Artístico en 1931, pero la venta de los terrenos que lo rodeaban, que incluían varios de los edificios del conjunto monástico ahondaron en su estado ruinoso. No sería hasta medio siglo después, en 1981, cuando el Ministerio de Cultura realizó algunas expropiaciones forzosas que mantuvieron en punto muerto su decadencia.

Ésta comenzó a virar hasta el monasterio que conocemos hoy en día gracias a que el inmueble pasó a ser propiedad de la Junta de Castilla y León en 1995. El Gobierno autonómico comenzó entonces a realizar varias intervenciones durante estas tres décadas, que no solo no han cesado, sino que se van a ver ampliadas, como ha informado este martes el Ejecutivo liderado por Alfonso Fernández Mañueco.

387.948 euros para su consolidación

En concreto, la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, que encabeza Gonzalo Santonja, ha avanzado que invertirá 387.948 euros para las obras de consolidación del conjunto, en una medida probada en la sesión ordinaria del Consejo de Gobierno. Como apunta Cultura, en la actualidad, prácticamente todos los espacios del monasterio han sido intervenidos, recuperados y se han abierto a visitas, a excepción del Pabellón de Novicios y la Sala de Conversos.

«Con las obras previstas, financiadas con fondos europeos NextGeneration, se trata de dar continuidad a las intervenciones previas de excavación y estabilización del Pabellón, con la finalidad de conservación y puesta en valor del conjunto interviniendo en la crujía sur, recuperando espacios fundamentales para el conocimiento del conjunto. En este sentido las actuaciones se centrarán en la crujía sur del Pabellón de Novicios», señalan desde la Consejería del ramo.

Ya en los años 2022-2023 se ejecutó una primera obra de estabilización y excavación del derrumbe existente, para poder exhumar los espacios y dejarlos en cotas disponibles para futuras excavaciones arqueológicas y otros estudios constructivos, evolutivos, que permitieron conocer la secuencia histórica y realizar un estudio estructural y de patologías para poder abordar el consiguiente proceso de restauración, como informa el Gobierno autonómico.

Las distintas intervenciones realizadas hasta el momento en el Monasterio de Santa María de Moreruela, en la Granja de Moreruela, Zamora, tienen como objetivo común su puesta en valor realizando mejoras en la accesibilidad, en su estudio y documentación, así como en su difusión, potenciando su aprovechamiento turístico sostenible, añaden sobre un monasterio que se ha convertido en uno de los monumentos más emblemáticos de Zamora y cuyas dimensiones y complejidad han obligado a realizar fases y sectores, a lo largo de estas décadas, para su estudio, conservación e integración en recorridos visitables.