Interior de un restaurante segoviano
La maleducada (y costosa) práctica que irrita a los hosteleros y tiene su epicentro en Segovia
La capital segoviana lidera las reservas fantasma a nivel nacional
Más de la mitad de quienes no se presentan aseguran que lo hacen por despiste
Lo llaman no shows o reservas fantasma y es una maleducada práctica que saca de quicio a los hosteleros, a los que supone cuantiosas pérdidas. Se produce principalmente durante los meses de verano y en poblaciones turísticas como Menorca o Ibiza, pero donde golpea de lleno al sector es en Segovia.
Sus calles empedradas, su Alcázar y, por supuesto su Acueducto romano hacen de la capital segoviana un punto de ebullición turística nacional e internacional. Cada años miles de personas visitan la urbe castellana y muchos de ellos reservan en alguno de sus restaurantes para degustar platos tan típicos y deliciosos como su famoso cochinillo. El problema es que, tras llamar por teléfono y concertar una hora para que un determinado número de comensales aparezca por la puerta, la realidad es que en demasiadas ocasiones esto no ocurre.
Por distintos motivos, los comensales cancelan unilateralmente la cita y lo hacen sin avisar, lo que supone pérdidas para los establecimientos de entre el 5 % y el 20 %, según un estudio realizado por la plataforma The Fork entre sus clientes en el que advierten de que estas reservas fantasma «crecen exponencialmente». Los motivos son principalmente tres.
La mayoría, un 55 % asevera que lo hace simplemente por despiste, al olvidárseles que habían hecho una reserva, por lo que tampoco se acuerdan de avisar. Un 38 % indica que ese no-show se ha debido a que les ha surgido algún imprevisto de última hora que les ha impedido avisar al restaurante. Por último, un 7 % señala que, aunque conscientes, les da vergüenza llamar, por lo que lo dejan pasar, con las nefastas consecuencias para los locales de restauración, que podrían haberle dado hueco a algún otro cliente en esas mesas reservadas.
Un grupo de turistas frente al Acueducto de Segovia
De entre los encuestados, el 5 % reconoce que ha realizado esta práctica este año y el 95 % restante afirma que siempre avisa, consciente del daño que le puede causar al negocio dejar mesas vacías a última hora. Pese a que la tendencia es creciente, como apunta The Fork, la plataforma indica que este año ha disminuido frente al año anterior, en cuatro puntos. Aun así, y pese a que los clientes cada vez estarían más concienciados, todos los meses supone en torno al 3,4 % del total de reservas.
En el caso segoviano, el porcentaje es más alto, del 5 %, liderando en solitario este ranking a nivel nacional. Menorca, con el 42 % e Ibiza, con el 4 %, le siguen en el listado. Del lado contrario, Vizcaya, con el 2,5 % es el lugar donde menos sucede esto, seguida de La Coruña y Murcia, ambas con un 2,7 %.
Las fórmulas para combatirla
Desde The Fork han ideado una fórmula para que sus clientes hosteleros se vean menos afectados por estas prácticas. En concreto, han creado una herramienta en su software de gestión: la preautorización con tarjeta bancaria. Una funcionalidad con la que los hosteleros pueden comprobar si la tarjeta del comensal es válida y tiene fondos.
Además, y esta es la clave, permite retener temporalmente fondos por el importe del prepago de la reserva. Asimismo, cuentan con una herramienta predictiva que identifica a los posibles clientes que puedan hacer la espantá en el último momento, en base a su historial en The Fork. Asimismo, a los usuarios que hagan cuatro reservas fantasma en un año se les expulsará de la plataforma.