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01 de mayo de 2024

El líder del PSC, Salvador Illa, mientras interviene el presidente de la Generalitat, durante una sesión de control al Govern, en el Parlament de Catalunya, a 8 de febrero de 2023, en Barcelona, Catalunya (España). Durante el pleno, se debate una proposición de ley de Junts contra la ocupación de viviendas para que comunidades de vecinos y ayuntamientos puedan pedir el desahucio de pisos ocupados conflictivos de grandes tenedores en caso de que los dueños no lo hagan. El pleno comienza con una sesión de control al presidente de la Generalitat, la primera después de que el Govern haya logrado un pacto, en este caso con el PSC, para la aprobación de los Presupuestos 2023.
08 FEBRERO 2023;JUNTS;OCUPACIONES;VIVIENDA;SESIÓN DE CONTROL
David Zorraquino / Europa Press
(Foto de ARCHIVO)
08/2/2023

El líder del PSC, Salvador Illa, mientras interviene el presidente de la GeneralitatEuropa Press

El laberinto catalán

Cataluña se encamina a unas nuevas elecciones en otoño

En ERC dan por descontada la derrota de Sánchez y temen una ola de voto útil al PSC que les lleve a otro desastre electoral equiparable al del 28 de mayo cuando perdieron 300.000 votos

Un triángulo mágico de apoyos cruzados, según el cual ERC apoyaba al PSOE en Madrid, este apoyaba a ERC en el Parlament y los Comunes-Podemos apoyaban a ambos a cambio de sostener a Colau en el Ayuntamiento de Barcelona, se ha empezado a romper el 28 de mayo con la derrota de Ada Colau en Barcelona y puede quedar definitivamente hecho pedazos si Pedro Sánchez abandona la Moncloa el 23 de julio.
Ese triángulo de apoyos cruzados ha permitido que ERC, con solo 33 escaños sobre los 135 que forman el parlamento catalán, gobierne en solitario pero ese milagro toca a su fin. El exministro de Sanidad, Salvador Illa, ganador de las últimas elecciones autonómicas, tenía las manos atadas para hacer oposición, dado que si alteraba en exceso los planes de los independentistas estos podían dejar de apoyar a Sánchez, pero si se consuma la derrota socialista en las elecciones generales de finales de próximo julio, el líder del PSC tendrá las manos libres y Aragonés perderá el comodín de la llamada que para él suponía descolgar el teléfono cada vez que lo necesitaba para exigirle a Moncloa apoyo parlamentario en la Ciutadella a cambio de los votos de Rufián en la Carrera de San Jerónimo.
Si bien Illa siempre se había hecho el remolón en sus apoyos los Comunes de Colau, ha sido un aliado inquebrantable para ERC durante los meses que Aragonés lleva de presidente en solitario desde que Junts abandonó el Govern en otoño de 2022. La relación era tan fluida que desde la dirección republicana no se dudó en humillar a Ernest Maragall, su hombre en el Ayuntamiento de Barcelona, obligándole a cambiar su voto a las ordenanzas fiscales y presupuestos de Colau a los que el hermano del exalcalde y hoy jefe de filas independentista pretendía votar en contra. Sin Colau, que abandona la alcaldía el próximo sábado, y en retroceso por el duro correctivo sufrido en Cataluña, donde han perdido alcaldías importantes y terreno a manos de los socialistas, ahora tendrán manos libres para maniobrar en el Parlament y marcar un perfil menos institucional.
En ERC dan por descontada la derrota de Sánchez y temen una ola de voto útil al PSC que les lleve a otro desastre electoral equiparable al del 28 de mayo cuando perdieron 300.000 votos, y se han apresurado a hacer un llamamiento a crear un frente antifascista, en referencia a un posible gobierno PP-Vox. ERC pretende liderar una reedición del Pacte del Tinell que excluyó al PP de cualquier diálogo institucional en Cataluña, a pesar de que el PP de por aquel entonces estaba comandado por un moderadísimo Josep Piqué. Ahora el Tinell 2 que impulsa ERC incluirá en un mismo pack al PP y a Vox. Desaparecido Cs, las baterías independentistas pueden volver a centrar su fuego en el PP y equipararlo a Vox, que ya viene sufriendo un pacto de silencio en Cataluña.
El peor escenario republicano, que le llevaría irremisiblemente al adelanto electoral, es verse superado por Junts en las elecciones generales. Actualmente, ERC cuenta con 13 diputados al Congreso y Junts con 8, pero algunas encuestas apuntan a que Junts puede crecer e ERC, así como los Comunes desangrarse en beneficio de los socialistas.
ERC, sin el apoyo parlamentario cautivo del PSC y los Comunes y dos derrotas consecutivas en mayo y julio, quedaría muy tocada y se le haría imposible llevar la legislatura hasta su fin, previsto para inicios de 2025. Cataluña lleva cinco elecciones autonómicas desde 2010 y se encamina a una nueva convocatoria. Los catalanes eligen parlamento regional una vez cada dos años.
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