Cataluña

La Diada pincha y evidencia la brecha entre Junts y ERC: Aragonés se marcha entre gritos de dimisión

La Guardia Urbana cifra la asistencia en unas 115.000 personas, la cifra más baja de los últimos años

Las negociaciones de Junts y ERC para la investidura de Pedro Sánchez han marcado la Diada de este año. Y la manifestación convocada por la ANC también ha servido para medir el apoyo del independentismo a estas negociaciones. Independentismo que no parece conseguir la movilización de ediciones anteriores, sobre todo de la época álgida del llamado ‘procés’. Según datos de la Guardia Urbana, unas 115.000 personas han participado en esta manifestación, uno de los datos más bajos de los últimos años. Según los organizadores, la cifra se multiplica por siete: 800.000.

De entrada, parece que convence más la «vía Puigdemont» y de Junts, teniendo en cuenta que los dirigentes de esta formación han tenido una jornada mucho más plácida que la de ERC y Pere Aragonès. De hecho, el presidente de la Generalitat ha abandonado la manifestación poco antes de que llegara a Plaza España tras escuchar gritos de «Govern dimissió» (Gobierno dimisión). Una diada que también ha evidenciado la tensión entre Junts y ERC.

Aragonès, evacuado de la manifestación

De hecho, los dirigentes de ambas formaciones no han coincidido durante la manifestación de la ANC, ya que antes de confluir en la zona de plaza España, la marcha se ha dividido en cuatro columnas. Los máximos dirigentes de Junts estaban en la que se ha denominado «Soberanía», que salía de la plaza Letamendi de Barcelona. Los de ERC se han incorporado a la de «Lengua», que salía desde la Escuela Proa.

Y en cualquier caso, el presidente de la Generalitat, que este año volvía a participar en este acto organizado por la Asamblea, no ha acabado el recorrido. Su equipo de seguridad lo ha evacuado después de que algún participante haya pedido su dimisión y la del Govern, a lo que han respondido los republicanos con gritos de «independencia». Ha sido el caso, por ejemplo, de la portavoz de ERC, Marta Vilalta, o del exconsejero de Territorio, Juli Fernández.

En cambio, en la columna de «Soberanía» se han escuchado gritos de «Puigdemont, nuestro presidente». Y también se han visto numerosos carteles en los que se pedía la dimisión del Govern o se decía «Aragonès, no fas res» (Aragonès, no haces nada” o «Prou submissió» (basta de sumisión). La líder de Junts, Laura Borràs, que también iba en esta columna, ha recibido el saludo de varios de los participantes.

Queman una pancarta con las caras de Aragonès y Collboni en la manifestación de la CUP de la Diada

Jóvenes miembros de Arran, vinculado a la CUP, quema en la Diada una bandera de España y un muñeco con la cara de AbascalArran Twitter

Junts y la unilateralidad

Por si acaso, y ante el temor de que el independentismo más radical les pudiera pasar factura, después de que Junts se apuntara también a negociar la investidura del presidente del Gobierno, sus dirigentes ya se han encargado desde buena mañana de dejar claro que la amnistía tiene que ser previa a cualquier negociación que tiene que acabar en un referéndum de autodeterminación. Y otro aviso: no van a renunciar a la unilateralidad, porque eso sería «renunciar a la nación».

Es lo que aseguraba el secretario general de Junts, Jordi Turull, que también aprovechaba para lanzar un dardo a ERC. Les reprochaba que sus exsocios hubieran vetado la presencia de dirigentes de su formación en la mesa de diálogo: “No hemos escatimado todos los esfuerzos para rehacer la estrategia, pero en seis años se nos ha vetado para formar parte de cualquier negociación con el Estado español". de ahí que, con sorna, agradeciera el cambio de posicionamiento de Pere Aragonès.

Y desde ERC han intentado hacer valer sus «logros» en la pasada legislatura, y reivindicando que la estrategia de «negociación y diálogo», a la que también se ha avenido Junts, recordaban los republicanos, se ha mostrado como el camino adecuado. Y no han faltado los llamamientos de Esquerra a la unidad del independentismo para “para trabajar con la máxima coordinación y complicidad y defender los objetivos que queremos: la república catalana".

Desde primera hora las puyas han sido constantes entre ambas formaciones. Y se ha evidenciado que las relaciones entre Junts y ERC no son precisamente buenas, durante un acto de Òmnium Cultural. Allí han coincidido la líder de Junts, Laura Borràs, y el presidente de la Generalitat. Apenas se han mirado y el encuentro se ha saldado con un frío apretón de manos.

Y otra cuestión que ha evidenciado esta Diada es que el independentismo sigue perdiendo fuelle. La ANC, consciente también de esta situación, ha intentado utilizar las negociaciones para la investidura como una forma de espolear al sector más radical, que se volcara en la manifestación de este año para mostrar su rechazo a cualquier tipo de diálogo.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante la ofrenda floral en el monumento a Rafael Casanovas con motivo de la Diada del 11 de septiembreEFE

Y es que esta entidad apuesta directamente porque el Parlament levante la Declaración Unilateral de Independencia. Pero la participación ha seguido cayendo. Según datos de la Guardia Urbana, los asistentes han sido 115.000, menos aún que en la edición anterior, que fueron unos 150.000. Es la cifra más baja de los últimos años, exceptuando las ediciones de 2020 y 2021, que estuvieron marcadas por la pandemia.