Mercat de la Boqueria

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Cataluña

Barcelona quiere regular el turismo: sin fotos en la Boqueria o aplicaciones para alertar de zonas saturadas

Desde el consistorio consideran que la ciudad está «al límite» de turistas y quiere regular el flujo en algunos espacios

El Ayuntamiento de Barcelona va a poner en marcha este mismo verano un plan de gestión del turismo, con el objetivo de «atenuar» las molestias que esta actividad provoca entre los vecinos. Y se va a actuar en 16 áreas, Espacios de Gran Afluencia (EGA), como así lo ha definido el consistorio. Para ello, va a invertir más de 44 millones de euros para impulsar 33 medidas que incluirán reforzar la vigilancia policial, la limpieza o la dinamización del comercio local, por ejemplo.

La mitad de esos espacios son turísticos. Es el caso de la zona de Paseo de Gracia – Plaza Cataluña, el Barrio Gótico, La Rambla, Sant Pere-Santa Caterina y la Barceloneta. Pero tres serán prioritarios. Estamos hablando de Sagrada Familia, Park Güell y Boqueria. En estos tres ámbitos se pretende incluso limitar el flujo de turistas para que su «experiencia no sea decepcionante», aseguran desde el consistorio.

Y precisamente en torno a la Boqueria-Gardunya, uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad, el Ayuntamiento quiere que no muera de éxito. Y, por este motivo, este verano ya se van a desplegar agentes cívicos e informadores que van a explicar a los turistas que hay determinadas cosas que no van a poder hacer, como manipular los productos de las paradas para hacer fotos, por ejemplo.

Hay que tener en cuenta que por esta zona, que correspondería físicamente a dos manzanas del Eixample, pasan cada año veinte millones de personas. El problema es que la Boqueria también vive del turismo, y eso ha levantado una cierta barrera con los clientes tradicionales. De ahí que el Ayuntamiento quiera también poner coto a las conductas incívicas de los turistas.

De esta forma, esos agentes o informadores que se podrán ver a partir del 1 de julio, explicarán a los visitantes que no pueden permanecer mucho rato delante de las paradas, si es que eso provoca que los clientes no puedan acercarse a las paradas, y lo mismo ocurrirá cuando ocupen pasillos y otras zonas comunes. Situaciones que se ven a menudo cuando los turistas se dedican a hacer fotos o vídeos del mercado. Y también advertirán a los turistas que no pueden sentarse ni comer en zonas que no estén habilitadas para ello y, ni mucho menos, circular con patinetes.

Estas de la Boqueria son medidas concretas para evitar esas aglomeraciones, pero el ayuntamiento también proyecta, aunque a más largo plazo, que a través de una web o de una aplicación móvil se pueda alertar a los turistas de que hay zonas que están masificadas, saturadas, y, por lo tanto, su experiencia no será satisfactoria. En definitiva, que lo mejor es que se busquen otras alternativas.

No es una idea nueva, sí aplicada al turismo. Pero lo cierto es que en la ciudad de Barcelona y se hace en algunos espacios de la ciudad, como aparcamientos, playas, el transporte público o en algunas de las grandes arterias viarias de la ciudad, donde hay plafones que informan, por ejemplo, si el tráfico es denso o fluido.

El plan contempla ampliar la dotación de agentes cívicos, hasta llegar a los 70 efectivos durante la campaña de verano (el resto del año no llega a la sesentena); pero también se pondrá en marcha un programa de apoyo al comercio de proximidad en estos espacios de gran afluencia turística; se intensificará la campaña de control de la venta ambulante; se reordenarán las rutas del bus turístico y se reforzarán los operativos de limpieza y seguridad.

Desde el Ayuntamiento de Barcelona aseguran que la ciudad «está llegando al límite» en el número de turistas. Es lo que ha asegurado el Teniente de Alcalde de Economía, Jordi Valls, que reconoce que es muy difícil que pueden llegar nuevos visitantes. Y, por este motivo, se quiere «defender» la marca Barcelona para que los turistas se lleven una buena imagen y una buena experiencia de la capital catalana. «El turismo aporta valor, pero pasado cierto límite, ya no lo aporta», aseguraba Valls.

¿Y qué dice la oposición? Desde el PP, Daniel Sirera considera que hay problemas mucho más importantes que impedir que los turistas hagan fotos en la Boqueria, como son las paradas vacías del mercado o la inseguridad en la plaza de la Gardunya. «Las personas que visitan el mercado no podrán sacar fotografías. Barcelona necesita menos ocurrencias y sí un gobierno que gobierne y que esté preocupado por los problemas reales».

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