Fachada de la catedral de Sant Pere de Vic
Cataluña
El chantaje de los radicales obliga al obispado de Vic a suspender los actos por el patrón de la ciudad
El presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, iba a predicar la homilía en la misa que se iba a oficiar en la Catedral, y que se ha suspendido
Los radicales se han salido con la suya. Habían amenazado con intentar boicotear la presencia del presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Valladolid, Luis Argüello, que este sábado iba a predicar la homilía en la eucaristía que se celebra en Vic, en la Catedral de Sant Pere, con motivo de la festividad de Sant Miquel dels Sants. Y hoy hemos conocido que, finalmente, no va a asistir y, además, se suspenden los actos religiosos.
Y es que grupos de independentistas habían hecho un llamamiento a intentar «impedir hablarle». Y tanto ERC como Comunes habían solicitado al obispado de Vic que revocase la invitación a monseñor Argüello, argumentando, entre otras cuestiones, que era contrario «al derecho a decidir».
Desde el obispado de Vic han emitido un comunicado en el que dicen que «habiendo tenido conocimiento de la convocatoria y preparación de varias acciones contrarias y limitativas de la libertad religiosa en el marco de la celebración del oficio de Sant Miquel dels Sants; y atendiendo que estas actuaciones podrían poner en peligro la seguridad de las personas y del patrimonio cultural, el Obispado de Vic ha decidido suspender los actos religiosos previstos en esta fecha en la catedral y en la casa natalicia de Sant Miquel Dels Sants».
Hay que tener en cuenta que este sábado se cumplían 400 años de la muerte de Sant Miquel dels Sants, que es hijo y patrón de la ciudad de Vic. Murió en Valladolid cuando era superior de la comunidad de trinitarios descalzos de aquella ciudad, con 33 años. Y allí permanece enterrado.
Por este motivo, atendiendo a esta cuarto centenario, a la misa conmemorativa de este año, que iba a presidir el obispo Romà Casanova, Monseñor Argüello iba a ser el encargado de predicar la homilía. También en otro comunicado emitido por el obispado, se aseguraba entonces que se trataba de un acto religioso «abierto a todos y, por lo tanto, con espíritu de acogida (…), con el máximo respeto para la diversidad y pluralidad de ideas y opiniones».