Cáritas Barcelona avisa que ha llegado al «límite» de su capacidad de atención a personas vulnerables

Cáritas Barcelona ha avisado que ha llegado al «límite» de su capacidad de atención a personas vulnerables. Lo han dicho los responsables de la entidad en la presentación de la memoria anual: «Hemos tocado techo», han asegurado. Según el documento, en 2023 Cáritas Barcelona atendió 20.379 hogares donde vivían 44.526 personas. En cuanto a las parroquias y centros archipestrales, ayudaron 23.378 hogares, con 56.322 ciudadanos. El acceso a la vivienda continúa siendo uno de los principales problemas a los cuales la entidad tiene que hacer frente. Así, el 72% de los hogares no disponía de vivienda digna y el 51% vivía en habitaciones realquiladas.

Durante la rueda de prensa de presentación de la memoria, Eduard Sala, director de Cáritas Barcelona, se han mostrado tajante y han afirmado que la entidad «ya no puede crecer más». Ha hecho un símil con el hundimiento del titanic, y ha remarcado «la barquilla de salvamento está llena y no dispone de más recursos».

En este sentido, ha pedido «más colaboración y más ayudas económicas». A la vez, ha considerado que «las administraciones se tienen que poner de acuerdo de una vez por todas porque para hacer políticas sociales hay que tener una mirada amplia». Ha advertido que el trabajo «se tiene que hacer cuando toca» y ha lamentado las situaciones «de estancamiento» que a menudo se producen. «La vida de la gente no puede esperar, hacen falta políticas sociales que pidan grandes consensos que vayan más allá de las legislaturas», ha comentado Sala que se ha mostrado convencido que muchos políticos «tendrían que ir al rincón de pensar».

En este sentido, ha puesto como ejemplo el acceso a la vivienda, que sigue siendo un problema muy grave entre las personas que Cáritas acompaña. «Por primera vez, más de la mitad de los hogares atendidos vivían de realquiler, lo que representa el 51% del total», ha apuntado.

Según la memoria, Cáritas Barcelona evitó que 3.696 personas se quedaran en la calle en 2023 gracias a otorgar 1,3 millones de euros en ayudas, de los cuales 704.744 euros fueron por ayudas al realquiler, que incluyen a los ciudadanos acogidos en casas de familiares y amigos. Del total de atendidos, solo un 7% tenía un piso en propiedad y un 21% vivía de alquiler.

Además, puso a disposición más de 2.000 plazas de pisos unifamiliares, pisos compartidos y centros residenciales conjuntamente con la Fundación Vivienda Social. En cuanto a las ayudas económicas directas, se dieron por valor de 2.042.973 euros. Del total, 1.299.691 euros fueron por vivienda (63%) y 635.324 a alimentación.

Un 55% en situación irregular y dificultades de empadronamiento

Sala ha dicho que, de las personas atendidas durante 2023, el 55%, 17.292, se encontraban en situación administrativa irregular. El director de la entidad ha asegurado que el empadronamiento se convierte en uno de los principales escollos a los cuales estos individuos tienen que hacer frente. Ha recordado que hay una ley que prevé qué hay que hacer para empadronar personas que están viviendo en un pueblo concreto aunque no puedan acreditar un contrato de alquiler y ha dicho que «esta ley se está vulnerando por parte de demasiados ayuntamientos de forma reiterada». Todo ello, ha apuntado, impide que estos individuos puedan acceder a prestaciones sociales, a educación o a sanidad.

Paralelamente, durante el año pasado Cáritas ayudó a 14.984 personas que provenían de países en conflicto y asesoró legalmente a 1.899 personas. «Actuamos como última red de protección social cuando los poderes públicos no dan respuesta a las necesidades de las personas», ha comentado Míriam Feudo, jefa de análisis social e incidencia de Cáritas Barcelona. Feudo también ha remarcado la importancia de dotar las personas usuarias «de una red relacional». Esta función es especialmente importante entre el colectivo de recién llegados o entre la gente mayor que está sola. Según la jefa de análisis social e incidencia, más de 5.000 personas han ampliado su red social y han creado vínculos con la comunidad en siete espacios polivalentes gracias a la entidad en el último año.

Menos donaciones

Los responsables de Cáritas Barcelona han relatado que en 2023 Cáritas contó con 8.996 socios y donantes y 2.856 personas voluntarias. De los 23 millones de euros de recursos aplicados, el 76% de la financiación fue privado. A pesar de esto, en relación a 2022 los donativos de empresas, fundaciones y entidades han disminuido un 12%.

«Detectamos una fatiga de la compasión», ha apuntado Eduard Sala que ha avisado que la entidad necesidad «que la gente no se canse y que se comprometan porque las barquillas son limitadas y las personas se ahogan», ha apuntado.

Un cambio de modelo para los próximos años

De cara los próximos años, Cáritas prevé que seguirán aumentando las llegadas de personas recién llegadas, tanto adultos como jóvenes, la exclusión residencial y que habrá una «incertidumbre» por el cambio de modelo de entrega de alimentos. La entidad apuesta por seguir poniendo el foco en las atenciones de los proyectos de intervención comunitaria y se plantea poner sobre la mesa un cambio de modelo: “Quizás tenemos que dar menos ayudas directas y ofrecer más espacios para que la gente pueda hacer vida, lugares donde puedan cocinar, relacionarse y compartir para poder llegar al máximo de gente posible", ha considerado Sala.

Ha puesto como ejemplo el hecho que de las 100.000 personas que pueden ser atendidas por la entidad, 70.000 están en una situación de alojamiento a precario. «Nosotros solo tenemos 2.000 plazas», ha indicado el director de Cáritas que ha reconocido que los miembros de la entidad «cada día tienen que aprender a gestionar el no desde esta impotencia de no poder llegar a todo».