La vicepresidente Segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y Joan Baldoví dialoga en el Congreso de los Diputados.

La vicepresidenta Segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y Joan Baldoví dialogan en el Congreso de los DiputadosEUROPA PRESS

Elecciones 23-J  Continúa el ‘annus horribilis’ de Compromís: afronta el 23-J fuera de la Generalitat y diluido en Sumar

Los nacionalistas no levantan cabeza desde la dimisión de Mónica Oltra y de cara al 23-J han asumido un papel secundario en favor de Yolanda Díaz y otros candidatos como Íñigo Errejón

Hace algo menos de trece meses, Compromís vivió su momento más complicado. Fue cuando dimitió su líder y vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra, dos días después de que el Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia le imputara por, supuestamente, tener conocimiento de los abusos sexuales que su marido cometió contra una niña de catorce años tutelada por la Generalitat y haberlos encubierto.
Esos instantes fueron de desánimo y tensión en la sede nacionalista, algo que trasladaron a sus socios del PSPV-PSOE, culpando al presidente de la Comunidad, Ximo Puig, de asumir el relato de una Justicia «machista» para presionar a Oltra y forzar su salida del Ejecutivo.
A partir de ese momento, la coalición se encontró en un terreno nuevo, desconocido hasta entonces y en el que todavía a día de hoy parece encallada. Las disputas internas entre las tres familias que la componen florecieron de repente. Esto no quiere decir que no existieran, sino que el liderazgo total de Oltra supo sofocarlas.
Incluso los choques saltaron de los propios órganos del partido hasta el Gobierno de la Generalitat con el cese fulminante por parte de la sucesora de Oltra, Aitana Mas, a la consejera de Agricultura, Mireia Molla, de Compromís y en permanente pugna con Mas por controlar el partido en la provincia de Alicante.

El adelanto electoral, un contratiempo

Ese es el telón de fondo con el que los nacionalistas se presentaron a las elecciones autonómicas y municipales del 28-M, en las que cosecharon un sonoro varapalo en forma de pérdida de gran parte de su poder local, pero también regional. Los ciudadanos otorgaron al Partido Popular cuarenta escaños y trece a Vox, por lo que la suma les sitúa tres asientos por encima de la mayoría absoluta. De hecho, este mismo jueves Carlos Mazón será investido presidente de la Generalitat.
Los comicios fueron un varapalo en toda regla para Compromís, cuyos dirigentes confiaban en poder retomar el pulso con los vecinos de cara a unas elecciones generales que se preveían para el mes de diciembre, pero no fue así y Pedro Sánchez en la mañana del 29 de mayo las adelantó a julio. La pesadilla continuaba para los nacionalistas. Su annus horribilis no se había acabado.
La maniobra del presidente del Gobierno les obligó a acelerar los tiempos y a tomar decisiones en caliente, sin hacer análisis de lo ocurrido el 28-M y apurando unos plazos que se les venían encima a marchas forzadas. El ejemplo más significativo de ello ha sido su integración en Sumar, el partido creado por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Desde un primer momento, la intención del líder de Compromís, Joan Baldoví, fue esa. Al final así ha terminado ocurriendo, pero no es oro todo lo que reluce.
Primeramente, Compromís ha venido repitiendo que tendría total independencia para confeccionar las listas con las que concurrir el 23-J, algo que finalmente no ha sido así. Tras días negociando, se acordó que los valencianos designarían los dos primeros puestos por la circunscripción de Valencia, mientras que la ministra de Trabajo lo haría con los de Castellón y Alicante. Con lo cual, primera piedra en el camino.
La candidata de Sumar a la presidencia del Gobierno, Yolanda Díaz, en un mitin en Valencia.

La candidata de Sumar a la presidencia del Gobierno, Yolanda Díaz, en un mitin en Valencia.C.L.

Hay otro motivo que podría hacer creer que la alianza entre ambas formaciones igual no resulta tan beneficiosa como se quiere dar a entender. En las últimas elecciones, Compromís logró un escaño –el de Baldoví–, mientras que ahora la media de las encuestas otorgan a Sumar dos representantes por Valencia y uno por Alicante. Sin embargo, habría que añadirle los conseguidos por Unidas Podemos. En total serían cinco entre las tres provincias, dos más de lo que los sondeos pronostican para Sumar.

Los tiempos en el Congreso, repartidos

Además, estaría por ver el rol que Compromís adquiriría en el nuevo Congreso de los Diputados que salga de los resultados del 23-J. En esta última legislatura, Baldoví ha estado integrado en el Grupo Plural, del que también formaban parte Junts per Catalunya, Más País o el PDeCAT. Al constituirse como grupo propio, los tiempos de intervención en la Cámara Baja han sido mayores que en el Grupo Mixto, aunque aún así se los repartían entre todos los integrantes.
Si Sumar optara por la misma fórmula, Compromís tendría que dividirse sus turnos con no pocos de los casi veinte partidos que constituyen el proyecto de Díaz. Es decir, habitualmente tendrían prioridad para subir a la tribuna del Congreso portavoces como la de los comunes o Errejón, aparte de la misma vicepresidenta segunda del Gobierno. En todo caso, muy poco tiempo para reivindicar asuntos como la reforma de la financiación autonómica.
Por último, el pasado sábado Compromís celebró en Valencia el acto central de su campaña con la presencia de Yolanda Díaz. En el teatro donde tuvo lugar los nacionalistas quisieron ofrecer una imagen de unidad que no se corresponde con la realidad, al menos en las Cortes regionales. En la sesión constitutiva del parlamento autonómico, el PP y los de Baldoví acordaron que entre ambos le quitarían al PSPV-PSOE uno de sus dos puestos en la Mesa para que Compromís tuviera uno.
La jugada fue maestra y cogió por sorpresa a los socialistas, pero también a algunos diputados nacionalistas. Según pudo saber El Debate al final del pleno, de ello tenía conocimiento Baldoví y también su número dos, Vicent Marzá, pero evitaron comunicárselo a varios de sus diputados para evitar filtraciones y que el plan previsto se viniera abajo.
Por tanto, Compromís acudirá a las urnas habiendo solventado a medias su crisis de liderazgo, sin la vicepresidencia y las consejerías que tenía en la Generalitat, así como decenas de alcaldías perdidas. Por si no fuera suficiente, también con el discurso de valencianía venido abajo al integrarse en un partido nacional con absoluto protagonismo de su fundadora.
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