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Turistas y locales disfrutan del buen tiempo en una terraza en ValenciaC.L.

Comunidad Valenciana  Varapalo a la semana laboral de cuatro días de Ribó: menos ventas, más alcohol y tabaco y saturación sanitaria

El informe de conclusiones del Ayuntamiento destaca que la medida provocó la reducción de la facturación de los comercios en un 20 % y que también derivó en una «congestión» de los servicios de Urgencias

La vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz, le trasladó a Pedro Sánchez durante la ronda de contactos de cara a la investidura del jefe del Ejecutivo la necesidad de abordar la reducción de la jornada laboral hasta avanzar a los cuatro días a la semana. La cita entre ambos dirigentes condenados a entenderse transcurrió con cordialidad y predisposición al acuerdo, por lo que es de suponer que será un asunto a tratar en la próxima legislatura si el PSOE consigue los apoyos necesarios.
Esta causa es uno de los pilares del programa político de Sumar y, de hecho, alguno de los partidos que integran el proyecto de la ministra de Trabajo han empezado a dar los primeros pasos al respecto. Es el caso de Compromís, que antes de perder la alcaldía de Valencia el 28 de mayo realizó un primer intento. Aprovechando que entre abril y mayo había tres lunes festivos con uno en medio laborable, el por entonces alcalde levantino, Joan Ribó, trasladó a ese día uno de los inhábiles correspondiente a enero. De ese modo, configuró un mes completo con cuatro días por semana para trabajar.
Cinco meses después de la prueba, el Ayuntamiento ha dado a conocer el balance de la misma y, haciendo uso del refranero popular, se podría decir que para ese viaje no se necesitaban alforjas. La concejala de Innovación, Paula Llobet, señala que el «gran perjudicado» fue el comercio de la ciudad, ya que vio «sus ventas caer un 20 % durante esas semanas», así como los servicios de Urgencias, que se «saturaron por el cierre de los centros de Atención Primaria». Por tanto, el resumen del equipo de gobierno municipal es «claro» en base a que la medida de Compromís «daña la economía en un sector fundamental para Valencia y también hace daño al sistema sanitario». En esta línea, la edil hace hincapié en que no se puede «hablar de buenos resultados».

La mayoría optó por más ocio

Llobet hace esas conclusiones como resultado del informe elaborado por el Consistorio y al que ha tenido acceso El Debate. En él sobresalen los dos aspectos comentados por la dirigente popular y se indica que la prueba piloto afectó a un total de 360.000 trabajadores de la capital del Turia. El mal dato del ámbito comercial viene corroborado por los propios profesionales pese a que muchos pequeños locales decidieron levantar la persiana durante alguno de los lunes festivos o todos ellos.
Esta mala experiencia con las tiendas también la percibieron los ciudadanos, ya que a tenor de los datos ofrecidos, el 11,7 % de los encuestados reconoce que fue uno de los aspectos más negativos que ha tenido el ensayo de Ribó. De hecho, en el documento se especifica que en vez de dedicar la mayor parte de ese tiempo libre extra que aportó la jornada laboral de cuatro días a consumir en comercios locales, un 49,7 % de los valencianos a los que se les ha preguntado dedicó más horas a comer fuera de casa, mientras que bastantes más, el 57,4 %, reconoce que fue más de lo habitual a terrazas, bares y pubs. En otras palabras, como era de prever, menos ventas porque muchos negocios están cerrados y más ocio.
En este sentido, el informe del Ayuntamiento también pone de relieve que el aumento de los ratos dedicados al asueto también fue aparejado a un mayor consumo de tabaco y alcohol durante esas semanas excepcionales. Este aspecto choca con uno de los objetivos de la reducción de días de trabajo, como es el de mejorar la salud de los valencianos. Es más, cuando el escrito describe lo que denomina «teoría del cambio subyacente», el punto cero es el de un contexto de «deterioro de la salud y el bienestar de la población a causa del tiempo dedicado al trabajo», algo que tendría que derivar con el cambio en la «mejora del bienestar y la calidad de vida de la ciudadanía valenciana. Mejoran también los indicadores ambientales», preveían.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, con el alcalde de Valencia, Joan Ribó, en la capital levantina.

Yolanda Díaz y Joan Ribó, fieles defensores de la jornada semanal de cuatro días.BIEL ALIÑO/EFE

Respecto al ámbito sociosanitario, en el documento se constata que «empresas asociadas a los cuidados» reconocen que la prueba «puede haber traído algunos problemas de organización del servicio». Así, se ha podido observar «un problema de saturación en el ámbito de Atención Primaria —ya de por sí sobrecargado— que, a su vez, ha podido generar un efecto de congestión sobre los servicios de Urgencias», acredita el Consistorio. Igualmente, se hace eco de las quejas de entidades privadas que prestan «ayuda a domicilio y cuidados a personas mayores», ya que estas «no tienen familiares que les puedan brindar la atención que necesitan».
Además, a este gremio establecer que se trabaje un día menos a la semana puede acarrearles un doble perjuicio, como sucedió entre abril y mayo de este año. El primero sería el de la reducción salarial, puesto que «al ver disminuidas las horas de servicio mensual, han percibido un menor salario por este periodo». El otro concierne a su día a día. El escrito lo desarrolla con claridad: «Según explican las personas expertas en psicología del trabajo consultadas, aquellas medidas orientadas a la reducción del tiempo de trabajo podrían estar elevando los niveles de estrés de un pequeño porcentaje de trabajadoras y trabajadores, como consecuencia de la intensificación de las tareas. De hecho, así se ha visto en el estudio realizado a raíz de una experiencia de reducción horaria llevada a cabo en 66 empresas del Reino Unido».
Aún con todo, la experiencia también deja algún dato positivo, como pueden ser que el 37,7 % de los encuestados dice haber realizado «más actividad física» en las fechas indicadas, que casi la mitad (46,1 %) ha dedicado más tiempo a la lectura, o que el 34,9 % tuvo «un menor nivel de estrés durante la semana de cuatro días laborables». Estas cifras pueden estar relacionadas con que el 64 % asegura haber «dormido más», aunque tan solo el 17,5 % de los que han contestado percibe «una mejor salud».
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