Un fulminante y devastador incendio en un edificio de viviendas de catorce plantas en València, que se ha propagado a otro anexo, ha causado este jueves cuatro muertos y se busca a otras diecinueve personas que están desaparecidas y a quienes sus familiares no han logrado localizar desde que comenzó el fuego. En la imagen la fachada principal de los edificios incendiados. EFE/Manuel Bruque

Dos bomberos acceden al inmueble calcinado en Valencia, este viernesEFE / Biel Aliño

Incendio en Valencia  La Policía investiga el origen del fuego que ha dejado nueve muertos y trata de localizar a otra víctima

A última hora del viernes todavía eran más las incógnitas que las funestas certezas sobre un suceso que ha conmocionado a la ciudad por completo

Más allá del barrio de Campanar, Valencia amanecía ayer bajo una aparente normalidad que no era tal. El fuerte viento hacía recordar inevitablemente la impactante imagen de cómo la víspera un bloque de viviendas de 14 alturas quedaba reducido prácticamente al esqueleto fruto de la rápida propagación de las llamas.
La escena del incendio atravesaba la mente de los vecinos y les hacía preguntarse qué hubiera pasado si ese edificio hubiera sido el suyo. Una situación que introducía en las conversaciones de rellanos, bares, supermercados o estancos algunos elementos en general tan poco habituales como los revestimientos de las fachadas o los elementos arquitectónicos de los inmuebles.
El balance de víctimas mortales bailaba con el paso de las horas. A última hora de la noche la Delegación del Gobierno confirmaba las cifras de fallecidos corroborada por la quincena de agentes de la Comisaría General de Policía Científica desplazados a la zona cero del siniestro: nueve muertos. Minutos antes la cifra oficial hablaba de diez decesos, pero este nuevo saldo mortal rebajado aumentaba a su vez el de desaparecidos: una persona.
Unos datos que podrían variar de nuevo una vez avancen las pesquisas en el interior del edificio. Las autoridades no han podido confirmar si entre los cuerpos se encuentra una familia formada por un matrimonio y sus dos hijos, uno con apenas dos semanas de vida y el otro de dos años. El Juzgado de Instrucción número 10 de Valencia, que ha abierto diligencias previas, ha decretado el secreto de las actuaciones.

Sin casa en cuestión de minutos

A lo largo de la jornada, la Policía Nacional logró localizar a cuatro personas de las que figuraban como desaparecidas. El hecho de que numerosos vecinos del bloque devastado fuesen extranjeros ha dificultado enormemente las labores de localización de los familiares. Parte de estos foráneos, así como del resto de personas que se han quedado sin casa en cuestión de minutos, se encuentran realojados en tres hoteles de la ciudad del Turia.
Su contador personal se reactivaba. Habían vuelto a vivir. Muchos sin nada, aunque agradecidos de poder contarlo. Este lunes, la Generalitat Valenciana aprobará ayudas económicas directas para lo más básico y específicas en materia de vivienda para hacer más llevadera una nueva realidad que no le es ajena al resto de valencianos. La avalancha de ofrecimientos de ayuda en todos los ámbitos está siendo tal que el Ayuntamiento los está canalizando todos a través del correo ayudasincendio@valencia.es.
Una mujer se toma una foto junto al edificio de Campanar, Valencia, una vez apagadas las llamas

Una mujer se toma una foto junto al edificio de Campanar, Valencia, una vez apagadas las llamasEFE / Biel Aliño

Una vez que los bomberos han sofocado las llamas –dos de ellos continuaban este viernes ingresados–, ahora llega el turno de las fuerzas del orden y de la Justicia, que deberán realizar la también difícil labor de dilucidar las causas que han conducido a la tragedia en el cruce de la calle Rafael Alberti y la Avenida del Maestro Rodrigo. Todas las hipótesis están abiertas y son más las incógnitas que las funestas certezas, lo que ha suscitado diversas teorías.
Las informaciones son contradictorias hasta en el número de la planta en la que se originó el fuego. Lo son más incluso en torno al material culpable de que la extensión de las llamas fuese tan veloz. Según los técnicos, el edificio, acabado en 2008, cumplía con la normativa vigente, aunque en estos momentos se desconocen los detalles técnicos que ayuden a entender qué es lo que realmente pasó. El debate sobre si la fachada contenía poliuretano, lana de roca o algún otro material que hubiera influido, en un sentido o en otro, todavía era anoche motivo de controversia.
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