El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, en una imagen de archivo
Encuestas en la Comunidad Valenciana: Mazón no tiene quién le censure porque Compromís exige una moción y el PSOE la descarta
Joan Baldoví se aferra a una eventual moción de censura, pero Diana Morant recuerda a los nacionalistas que los números no dan
Cuando el aficionado de un equipo de fútbol ve que los jugadores que están sobre el terreno de juego tienen infinidad de ocasiones para meter gol pero ninguna de ellas acaba por materializarse suele utilizar la frase «si es que cuando la pelotita no quiere entrar, no entra…y punto». Esa visión se utiliza independientemente de que la causa de la desesperación sea por una actuación estelar del portero rival, por errores propios o simple mala suerte. Hay quienes, incluso, se apoyan en motivos metafísicos, climatológicos o paranormales.
Es muy probable que la izquierda valenciana se siga lamentando de que su particular 'pelotita', en este caso en forma electoral, no termine por entrar. Y no lo hace en ninguna de las tres principales formas: demoscópica, censura y cita con las urnas. En cuanto a la primera, los sondeos que se vienen publicando en las últimas semanas o meses sobre la intención de voto en la Comunidad, distan mucho de reflejar ese supuesto clamor popular que tanto el PSPV-PSOE como Compromís se arrogan. Se ve que 'el pueblo no siempre votaría al pueblo'.
Como ejemplo, la empresa Demoscopia y Servicios realizó en abril un estudio al respecto para EsDiario. El resultado fue que el Partido Popular obtendría 37 escaños (tiene 40), los socialistas subirían dos hasta los 33, Compromís perdería un acta y se quedaría en 14, mientras que Vox pasaría de 13 a 15 actas. Es decir, el bloque de centro-derecha mantendría el Palau de la Generalitat al superar los 50 diputados que marcan la mayoría absoluta.
Compromís y la «agenda» de Morant
Con anterioridad, SigmaDos daba el siguiente resultado en marzo: PP, entre 32 y 34 representantes, el PSPV obtendría de 28 a 30, Compromís ascendería y sacaría entre 19 y 21, al igual que Vox, que podría escalar a entre 15 y 17. Resultado más ajustado.
Carlos Mazón y Diana Morant, durante su primer encuentro institucional
La segunda vertiente antes señalada es la censura. En este terreno, socialistas y nacionalistas llevan meses enzarzados y enzarzándose por una hipotética moción contra Mazón de la que se lleva mucho tiempo hablando y que se ha sacado a pasear en declaraciones y actos de partido pero que no termina por concretarse. Y, a mayor abundamiento, no parece que vaya a coger forma. El más interesado en que salga es Compromís, ávido de que su particular forma de entender la política con no pocas dosis de espectáculo sea la apertura de todos los telediarios nacionales y, puestos a pedir, internacionales también.
Pero todo hace prever que el gozo de Joan Baldoví va a acabar en un pozo, cuando no aún más hondo. Las urgencias que ponen negro sobre blanco que ese mecanismo sería el único para tratar de mantener el foco mediático o parte de éste sobre Mazón mientras su exlíder todopoderosa, Mónica Oltra, pudiera estar a un paso de sentarse frente a un tribunal, obligan a los nacionalistas a forzar algo totalmente lánguido. Ni siquiera sus apelaciones a Morant para que busque un hueco en su «agenda» y así armar un plan común le van a valer. La titular de Ciencia ya ha dicho que lo descarta «absolutamente» porque los números nos dan.
El último escenario, por ahora, de los que conforman esta comedia de enredo contra Mazón se llama elecciones. A decir verdad, Compromís siempre pidió volver a las urnas a pesar de que, con el don de la bilocación, reclama moción de censura. Pero más curioso si cabe es lo expuesto por la ministra. Su visión ha ido cambiando a estrategias forzadas, no se sabe bien si por el interés general de los valencianos, sus aspiraciones para ser jefa del Consell o todas a una, salpimentadas convenientemente al gusto de los intereses del Palacio de La Moncloa.
Ceder los votos del PSPV-PSOE al PP para que se aprobasen unos Presupuestos centrados en la dana; dimisión de Mazón; petición de elecciones; dimisión de Mazón; un Consell técnico; petición de elecciones y, otra vez, dimisión de Mazón. Ese es el recorrido de Morant, la misma que frunce el ceño en la Comunidad a la par que es la única que sonríe en un Consejo de Seguridad Nacional mientras todos sus compañeros agachan la cabeza o se dedican miradas en las que el rencor es lo más bonito. Será la «pelotita… y punto».