En la calle Salamanca, 40 se encuentra una buena parada en el Ensanche que viene a cuento a cualquier hora: la dulzura de los eclairs, los macarons o las caracolas contrasta con sus tostas y su selección de hojaldres recién horneados. Y en cuanto a la bebida, se puede tomar, un café, un vino, o incluso una copa si se alarga el encuentro.