Fernando de Rosa

Pon un Ximo en tu vida

Muchos se preguntan que tendrá el «ximismo» que ha creado escuela no solo dentro del socialismo valenciano sino también en el socialismo nacional, e incluso teje su influencia en Compromís

Estos días Ximo Puig está muy callado en su retiro dorado de París, seguro que está muy ocupado atendiendo la extenuante agenda de su condición de embajador en la OCDE con un sueldo de 151.000 euros anuales y recorriendo su residencia oficial de cinco plantas y un jardín de 550 metros cuadrados.

Tan ajetreada actividad le habrá impedido leer el escrito del Fiscal Anticorrupción en el que pide a Francis Puig, hermano del embajador, cuatro años de cárcel por los delitos de estafa y falsedad en la obtención de subvenciones para sus empresas de comunicación. Además, la propia resolución judicial del Juzgado de instrucción número 4 de Valencia que abre juicio oral a Francis Puig pone de manifiesto claros indicios de la utilización de «facturas falsas, sociedades instrumentales, domicilios ficticios, actividades carentes de relación con la subvención recibida, y todo ello produjo un enriquecimiento sospechoso».

Desde luego la Justicia resolverá aplicando la ley, pero de lo que no hay duda es que Ximo Puig regó con dinero público las empresas de su hermano lo cual, al margen de su consecuencia penal, no cumple un mínimo de ética, aunque estas cuestiones dentro del partido socialista no son muy relevantes, ya que Ximo Puig fue presidente de la Generalitat y nombrado embajador habiendo mentido en su currículum ya que afirmaba ser periodista sin serlo.

Esta falta de ética, por el momento, ha transcendido a nuestro embajador ya que ha dejado una escuela con alumnos muy aventajados en el «ximismo» como la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, que ha sido ascendida a la Secretaría de Igualdad del PSOE y candidata al Ayuntamiento de Valencia habiendo mentido sobre sus carreras universitarias inexistentes y, presuntamente, sobre qué hizo el día de la riada del 29 de octubre pasado.

También el «ximismo» ha anidado en la ministra-candidata Diana Morant, que se desgañita afirmando que no se le pregunte por Ábalos porque solo lo ha visto «dos o tres veces» compartiendo comités ejecutivos y candidatura electoral. Pero la última manifestación de este «ximismo» es la rutilante «estrella revelación» socialista Rebeca Torró que aún no ha aclarado su relación con los contratos suscritos, cuando era consellera con Ximo Puig, con empresas investigadas por su participación en la trama de corrupción que se introdujo en el corazón del partido socialista desde el año 2014 y del Gobierno desde la moción de censura liderada por Ábalos en el año 2018.

Pero el «ximismo» ha saltado las fronteras del partido socialista ya que el conseller de Compromís y actual Eurodiputado nacionalista, Vicent Marzá, cuando estaba con Ximo Puig, tuvo un «despiste» y se le olvidó reclamar dentro del plazo legal el dinero dado a Francis Puig por subvenciones incorrectamente justificadas y que eran 210.00 euros del dinero de los valencianos, castellonenses y alicantinos. Una vez más se pone de manifiesto que la coalición nacionalista es simplemente un apéndice socialista y quién mejor trabaja para tapar su corrupción, como hemos visto estos días.

La influencia del embajador también se ha dejado notar en la Moncloa, ya que la mismísima vicepresidenta María Jesús Montero levantó la prohibición de contratar con la Administración Pública a la empresa de Francis Puig, después de que la misma fuera sancionada por la «Comisión de Defensa de la Competencia» por una infracción «muy grave de falseamiento de la legislación en materia de competencia “persiguiendo un beneficio ilícito», según la resolución de dicha comisión.

Muchos se preguntan que tendrá el «ximismo» que ha creado escuela no solo dentro del socialismo valenciano sino también en el socialismo nacional, e incluso teje su influencia en Compromís, que parece estar en pleno «síndrome de Estocolmo», olvidando que Ximo Puig fue el que urdió la defenestración de su líder Mónica Oltra, como ella misma se encarga de repetir a quién le quiera escuchar.

El que fue President de la Generalitat Valenciana no ha dejado de influir en el socialismo valenciano, porque todos han querido y actualmente quieren tener un «Ximo Puig en su vida», sin duda las actuales lideresas quieren saber su secreto de supervivencia y como transitó de apoyar a Susana Díaz a Pedro Sánchez, como tiró por la ventana a Mónica Oltra y Compromís siga siendo un apéndice socialista, o como es aún embajador habiendo mentido en su currículum y teniendo a su familia a punto de sentarse en el banquillo. Todo un manual de resistencia.