José Manuel Andreu, nuevo relojero mantenedor

José Manuel Andreu, nuevo relojero mantenedor de ElcheAyuntamiento de Elche

Alicante

Cuenta atrás para las históricas campanadas de Elche con el estreno de su nuevo relojero

José Manuel Andreu se estrena en el trabajo de que los muñecos Calendura y Calendureta estén a punto para recibir el Año Nuevo

El histórico reloj de Calendura, ubicado en la Torre de la Centinela del Ayuntamiento de Elche, se pone a punto para tocar las 12 campanadas con las que Elche dará la bienvenida a 2024, el próximo domingo 31 de diciembre.
Estos trabajos de mantenimiento y puesta a punto se realizan en la última semana de diciembre con el fin de que el reloj dé las campanadas del nuevo año de manera exacta.
Si te equivocas tienes que esperar a que pasen otra vez las 12 horas para volver a programarlo porque no hay marcha atrás, es todo mecánico. Este año el relojero José Manuel Andreu se estrena en el trabajo tras la jubilación de su antecesor Paco Hernández.
Calendura en la Torre de la Centinela

Calendura en la Torre de la CentinelaAyuntamiento de Elche

El mecanismo del reloj es analógico y rudimentario, y data de 1963. Tal como ha comentado el relojero, han hecho limpieza, mantenimiento y engrase para que todo vaya de manera puntual y el día 31 no falle el reloj, ya que es una pieza muy codiciada.

Una caja de sorpresas

El mecanismo atesora un complejo engranaje con pesas y una cadena de 25 metros. Además, un hecho que lo diferencia del resto es que está conectado por cables con los autómatas Calendura y Calendureta, dos de los personajes más entrañables y populares de Elche.
Estos muñecos de madera tienen como misión tocar las horas en el campanario del reloj del Ayuntamiento situado en la Torre de la Centinela, más conocida como la Torre de Calendura, lo cual consiguen golpeando las campanas con mazas. El más grande, Calendura, toca en las horas punta y el otro, Calendureta, los cuartos.
Ambos funcionan desde 1759 y las agujas del reloj que hay en el otro extremo de la calle en el edificio consistorial se mueven siguiendo las órdenes de estos dos muñecos.
Solo unas manos expertas están autorizadas para poner a punto este mecanismo, ahora las del relojero José Manuel Andreu. También tiene su historia la manera para poder acceder al reloj. Y es que solo se puede entrar por un foso de reducidas dimensiones, de menos de un metro de ancho y de unos diez de altura.
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