
Arturo Franco Taboada
Arturo Franco Taboada: «Escribir me ha ayudado a entender mejor este extraño lugar que habitamos»
Franco Taboada considera que «la velocidad como discurre la vida actual producen obras arquitectónicas más efímeras cada día, peor concebidas y mal ejecutadas»
Arturo Franco Taboada (1945, La Coruña) es arquitecto, escritor y dibujante, y aunque, estas dos últimas facetas le parecen secundarias, lo cierto es que cuenta con un talento innato que hace de sus obras una combinación perfecta entre literatura y arte. En la entrevista con El Debate habla de su vinculación al Camino de Santiago, a la escritura y su tierra, Galicia.
– Cuando se entrevista a alguien como usted, que ha tocado tantos palos, no sabe uno por donde empezar. ¿Se considera usted más arquitecto, más escritor o más dibujante?
– Mi profesión es la de arquitecto, la que me ha permitido ganarme la vida. El dibujo me resulta un idioma fascinante para entenderse mejor en todos los idiomas y, sobre todo, con uno mismo en el proceso creativo. ¿Escritor? Escribo por vocación sin intención de ganar dinero, me ha ayudado a entender mejor este extraño lugar donde estamos y a sus gentes.
– Su último libro es «El Camino dibujado», ¿qué le inspiró a crearlo?
– Me inspiró el fenómeno Xacobeo, con ese magnetismo milenario de peregrinar mientras el santuario iba evolucionando con los siglos y el descubrimiento de cómo alrededor de los caminos de Santiago surgieron monasterios, abadías y conventos con su patrimonio cultural y su acervo culinario recopilado por los monjes desde el medievo.
Me inspiró el fenómeno Xacobeo, con ese magnetismo milenario de peregrinar
– ¿Qué es para usted el Camino de Santiago?
– Como en otras culturas o religiones, es el misterio que lleva al peregrino a emprender un largo y duro camino. Sea a Shambala, a la Meca o a Santiago, tal vez para encontrarse a uno mismo. Siempre pienso en Dante: «En medio del camino de la vida me encontré en una selva oscura…»
– ¿Se ha banalizado el Camino de Santiago en los últimos años o forma parte de la evolución de la sociedad?
– Banalizar no creo, porque hacer el camino no creo que pueda ser algo trivial. Nunca lo sería por el esfuerzo personal que conlleva. Tal vez vulgarizar sí, ahora más que nunca. Desde la Edad Media, el Camino lo han emprendido desde la nobleza, hasta los condenados a purgar un delito o, simplemente, para ganar indulgencias en los creyentes. El flujo creciente sobre el Camino, no acompañado por una logística adecuada de alojamientos suficientes lo está convirtiendo en una competición.
Imagen del cartel del libro de Franco Taboada
– Habla usted en su libro de gastronomía, ¿qué plato no se puede perder un peregrino?
–En Galicia, si es invierno un buen cocido en el Cebreiro. Si es verano y entra por la costa, los mariscos, vieiras, ostras, almejas… o si termina en Finisterre los pescados, san martiño, congrio, robalizas… En Castilla y Leon probar el hornazo castellano o la sopa de truchas de Hospital de Orbigo. En Galicia probar siempre las empanadas, con mil rellenos: chouvas, berberechos…
En Galicia si es invierno, un buen cocido en el Cebreiro
–El libro está en gallego y alemán, ¿por qué?
–En Alemania hay un gran interés por el camino, y los alemanes valoran mucho la gastronomía española y sus vinos. En la Universidad Cristian Albretch, en Kiel el catedrático J. G. Montero, un experto en la cuestión xacobea ha traducido al alemán muchos relatos sobre los peregrinos desde hace años. Por otra parte, desde la secretaría de política lingüística de la Xunta han colaborado para la edición del libro.
–Usted nació en La Coruña y, además, participó en la creación de lugares emblemáticos como la Casa Museo María Pita o las oficinas para el Ministerio de Fomento en la ciudad ¿se le queda alguna espinita como arquitecto?
–He participado en muchos concursos, la espina son los que no he ganado. Pero siempre confías que tu próximo encargo sea el mejor, de momento me siento muy orgulloso de que mi hijo Arturo acabe de ganar el concurso para la rehabilitación de la Consejería de Cultura en Madrid.
–¿Se construye mejor ahora? Le pregunto porque hay una opinión ciertamente generalizada sobre el declive, al menos estético, de la construcción y el diseño de los últimos años en comparación con épocas anteriores.
–El sobre costo de materiales y mano de obra, la obsolescencia programada, y la velocidad como discurre la vida actual producen obras más efímeras cada día, peor concebidas y mal ejecutadas.