Panorámica de la playa coruñesa que se cuela en la lista de la prestigiosa publicación

Panorámica de la playa coruñesa que se cuela en la lista de la prestigiosa publicaciónTurismo de Galicia

Esta es la playa coruñesa que se cuela en la lista de «las más deseadas de España» del National Geographic

Este arenal comparte lista con otras dos playas gallegas

Galicia cuenta con playas extraordinarias, como lo demuestra la reciente selección de National Geographic. En uno de sus artículos recientes, la revista ha destacado las 25 playas «más deseadas de España» en la que ha incluido tres playas gallegas: Castro de Baroña (La Coruña), Playa de Rodas en las Islas Cíes (Pontevedra) y la Playa de las Catedrales (Lugo).

La playa preferida de los celtas

Protegida por la sierra de Barbanza, esta playa es un testimonio silencioso de la historia ya que en un promontorio cercano al mar, se encuentra el yacimiento castreño de Baroña, que son los restos de un antiguo asentamiento celta, en el que alberga esas estructura circulares que agricultores, ganaderos y pescadores utilizaban como vivienda y espacios para el desarrollo de sus actividades. Además se conservan los vestigios de las murallas.

Al respecto, National Geographic señala que: «Los celtas escogieron este lugar como asentamiento por su belleza y ubicación estratégica. Desaparecieron, pero los restos del castro de Baroña han permanecido junto al mar, ajenos al paso del tiempo».

Para llegar a la playa hay que recorrer un camino rocoso que se adentra en el bosque y que más adelante se bifurca en dos. Uno que lleva hasta el castro y el otro a la playa.

El National Geographic describe esta playa de la siguiente manera: «De aspecto salvaje y natural, hay que llegar hasta esta playa por un sendero de tierra. No hay servicios ni duchas, pero su calma y una arena fina y blanca que es una delicia pisar con los pies descalzos. Las aguas son algo frías, sobre todo para los acostumbrados al Mediterráneo, pero a cambio dicen los entendidos que tienen tanto yodo que son perfectas para broncearse. Mejor sin traje de baño, que no por nada este fue uno de los escenarios míticos del primer nudismo patrio».

Y es que este arenal es una playa virgen que permanece aislada de las miradas ajenas y es de baja ocupación; en la que conviven turistas, naturistas y surferos. Las características y orientación de la playa hacen que proporcione un bronceado especial y único, gracias al yodo liberado por las algas en el fondo de sus aguas.

Flanqueada por dos colinas rocosas de unos 50 metros de altura que descienden en forma de acantilado, en algunas partes hacia el mar y en otras hacia la playa y rodeada de pinos y arroyos invita a la desconexión a unos y a la práctica de deportes acuáticos para otros ya que el bravo oleaje y el viento favorece esta actividad.

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