Una piscina natural de Galicia fuera del radar turístico

Una piscina natural de Galicia fuera del radar turísticoTurismo de Galicia

La ‘herida’ en la montaña gallega que esconde una piscina natural sin fondo

Una cascada entre montes que muestra la fuerza del agua en Galicia

Galicia es una región ligada al agua, en parte por su situación geográfica entre el océano Atlántico y el mar Cantábrico. Esto propicia un clima húmedo, con abundantes lluvias durante buena parte del año.

En este entorno, las cascadas, conocidas en gallego como fervenzas tienen un papel destacado. El término proviene del verbo ferver (hervir), y alude al aspecto espumoso del agua al caer desde cierta altura. En Galicia, muchas de estas formaciones están rodeadas de vegetación autóctona y son accesibles a través de rutas de senderismo.

Algunas destacan por su altura o caudal, mientras que otras lo hacen por su integración con el paisaje o por su valor ecológico. En muchos casos, además, se encuentran próximas a antiguos molinos, restos de construcciones rurales o enclaves con interés histórico o etnográfico.

Una de estas cascadas, ubicada en la Mariña Lucense, se ha convertido en un punto de interés por su accesibilidad y por su singular entorno natural.

Un corte natural por la erosión del agua

Situada en el municipio de Xove, muy cerca del límite con Viveiro, la cascada conocida como Pozo da Ferida (Pozo de la herida, en castellano) es uno de los enclaves naturales más visitados de la zona.

El nombre Ferida (herida, en gallego) se refiere al corte natural provocado por la erosión del agua sobre la roca. El resultado es un entorno de interés ecológico y paisajístico, ideal para quienes buscan una experiencia en plena naturaleza en el norte de Galicia.

En este punto, el río Xudreiro (también llamado Loureiro), afluente del Landro, forma un salto de agua de más de 30 metros de altura. En la base se forma una poza circular, de aguas oscuras, rodeada por vegetación autóctona como robles, alisos, sauces y helechos.

El acceso a esta fervenza se realiza a través de una ruta corta y sencilla que parte desde las inmediaciones de la Casa do Batán. El sendero, de unos 600 metros de longitud, discurre paralelo al curso del río. Aunque la primera parte del recorrido es fácil, el tramo final presenta algunas dificultades por la presencia de piedras resbaladizas y pendientes.

Un lugar rodeado de leyendas y misterio

El Pozo da Ferida, además del valor paisajístico, cuenta con elementos patrimoniales como las ruinas de un antiguo molino, así como varias leyendas populares que le otorgan un aire de misterio.

Una de las historias más conocidas habla de una anciana gigante que, hace mucho tiempo, recorría los bosques de Xove cargando haces de vegetación y estiércol. Su intención era trasladar esa carga de un punto a otro, pero en mitad del camino tropezó y cayó en una profunda poza. Nunca logró salir.

Según la tradición oral, los restos de lo que transportaba se disolvieron en el agua, tiñéndola de un tono marrón oscuro que todavía hoy se percibe en la piscina natural que se forma al pie de la cascada.

Sin embargo, hay quienes defienden una versión muy distinta. En este segundo relato, el pozo no surge por accidente ni por criatura alguna, sino por obra de los antiguos pobladores del castro de Loureiro. Ellos habrían construido esta poza profunda con un propósito desconocido. Según la leyenda, su profundidad es tal que nadie ha logrado tocar el fondo, por mucho que se intente.

Ambas versiones forman parte del imaginario popular que envuelve este enclave natural. Hoy, el Pozo da Ferida es un lugar de interés turístico por la belleza de su cascada y de su entorno.

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