Caza
La sequía y las enfermedades marcan el comienzo de la temporada en Córdoba
Los cazadores se ven obligados a adaptarse a las circunstancias climáticas que afectan a las especies y el terreno
El pasado domingo día 13 comenzó con el conejo una nueva temporada de caza marcada por la escasez de lluvias, un campo seco y moratorias como la de la tórtola, que se mantiene. El calendario que se tiene por delante en Andalucía señala que el 24 de agosto tendrá inicio la media veda, que se prolongará hasta el 28 de septiembre, y en la que se podrá cazar codornices, palomas y córvidos. Respecto a la tórtola común o tórtola europea, seguirá prohibida su caza, una moratoria que nos explica Juan Carranza , Catedrático de Zoología de la Universidad de Córdoba y responsable de la Unidad de Investigación y Gestión de Recursos Cinegéticos y Piscícolas de la UCO:
«La tórtola lleva sufriendo una caída de población desde hace unos 10 a 15 años y se aproxima a valores críticos». Pero Carranza quiere dejar muy claro que «no se debe a la caza» sino a los cambios de los usos del suelo en la agricultura.
Es una unidad de investigación fue creada en 2009 entre la Junta de Andalucía y la Universidad de Córdoba, y es un centro andaluz de referencia. Uno de los objetivos principales en su puesta en marcha fue el asesoramiento a la administración andaluza en temas de caza y pesca, cosa que siguen haciendo. «La gestión de la caza y la pesca cada vez necesita más apoyo técnico y científico», señala Juan Carranza. Su trabajo influye en las decisiones que se toman de cara a la orden de vedas o las resoluciones que publica de la administración. Volviendo al tema de la tórtola , el catedrático explica que hace algunos años un comité científico, reunido en Madrid, recomendó una moratoria en la caza de esta especie, moratoria que progresivamente se ha ido aplicando en las diferentes comunidades autónomas. «La caza se puede practicar cuando las poblaciones lo permiten, y de eso son cada vez más conscientes los cazadores», asevera. La actividad cinegética, en este sentido, es cada vez más aliada con el sostenimiento y el cuidado del medioambiente.
Moratoria sí, moratoria no
«No estamos de acuerdo desde que se inició la moratoria», dice Jorge Pérez Cornejo, secretario general de la Federación Andaluza de Caza. «Desde 2018 el número de los conteos iba en aumento, y estamos trabajando para revocar esta medida». Desde la federación entienden que la población crece y mejora precisamente debido a todo lo que los cazadores hacen por el cuidado de la tórtola. Es más, creen que si se pierde el interés cinegético por la especie porque la moratoria se prolongue, la tórtola «caerá en picado».
En Andalucía no se aplica el Plan Integral de Recuperación de la Tórtola Europea (PIRTE), como sí se tiene en otras comunidades, «por lo que son los acotados los que tratan de mejorar el hábitat de esta especie», según Pérez.
En el caso contrario a la tórtola está el jabalí, sujeto también como especie a los cambios en los usos del terreno - el abandono de los mismos, fundamentalmente- y su alta capacidad reproductiva. «Ahí de nuevo la caza puede ser una aliada de ese problema, controlando esas poblaciones», señala Juan Carranza.
La Federación Andaluza de Caza acoge a 90.000 federados en la comunidad autónoma. En Córdoba, de las 30.000 licencias de caza que hay en la actualidad, 13.000 personas están federadas.
La caza, en cifras
La FAC calcula que en la comunidad autónoma hay unos 300.000 andaluces que practican la caza. Y prácticamente no hay pueblo en Andalucía, por pequeño que sea, que no cuente con al menos una sociedad de cazadores: alrededor de 1.600 sociedades, según las mismas fuentes. Si miramos a la economía, las cifras también son considerables.
Durante 2021 la caza generó en Andalucía unas ganancias de 3.500 millones de euros y alrededor de 47.700 puestos de trabajo. Además la actividad cinegética beneficia económicamente a otros sectores como pueden ser el del alojamiento y el transporte. Es junto con Castilla La-Mancha las dos comunidades donde representa un PIB más alto. Estas cifras están facilitadas por la correduría de seguros Rasher, aseguradora especializada en caza, que nos da los números, también de 2021, en algunas provincias andaluzas. Por ejemplo, en Cádiz la caza generó 200 millones de euros y creó 7.200 puestos de trabajo. En Sevilla, 800 millones y 12.000 puestos de trabajo.
Córdoba es una de las que encabezan la lista: 905 millones y 14.000 puestos de trabajo. Desde Rasher recuerdan así mismo que en muchos municipios supone el 70% de sus ingresos.
Lo peor es la sequía
Si el agua no llega, todo se complica. Para Juan Carranza, de la UCO , la sequía es un problema creciente debido al cambio climático. «Tendremos que ir ajustando a la baja los cupos de todo lo que se puede aprovechar», cosa que ya se está haciendo en los cotos. "Si el terreno sigue seco cuando empiece la temporada de caza mayor, tendremos el problema de que los perros no pueden moverse en ese terreno”, añade Carranza y no como detalle menor. La sequía afecta tanto a la práctica de la caza como a la dinámica de las poblaciones. «Hay que acostumbrase a un escenario más desfavorable, al que tenemos que ajustarnos, con menores densidades y menores cupos. Forma parte de la adaptación al cambio climático», concluye.
«El principal problema este año es la sequía». Así de claro lo Cristóbal Reina Sicilia, presidente de la Sociedad de Cazadores y Club Peña 'El Coto' de Aguilar de la Frontera. «Antes de enviar las circulares de cara al inicio de temporada visitamos la zona próxima al río Cabra y vimos que se estaba secando a su paso por Aguilar. Todos los arroyos del coto se han secado completamente y los únicos puntos de agua que quedan son los bebederos que tenemos instalados». El objetivo de esta sociedad de cazadores con 729 socio ahora mismo no es cazar, sino poner más bebederos cerca del río «para que los animales puedan sobrevivir», señala Cristóbal.
Después de reunirse la junta directiva, 'El Coto' ha decidido no cazar el conejo en este verano. «Con el calor y la falta de agua, la mixomatosis ha comenzado a parecer otra vez» La población de conejos ha mermado en los últimos años, nos dice el presidente. «Una mala decisión puede hacer que se pierda la madre»: la ´madre’ para los cazadores es el umbral de supervivencia de una especie. Por tanto, han decidido no cazar conejos hasta octubre.
Para «darle más vidilla» a los socios, sí van a autorizar la caza de la paloma a partir del día 27, hasta que llegue la veda general en octubre.
«Los cazadores trabajamos para minimizar siempre el impacto que la sequía tiene en las especies cinegéticas», añade el secretario general de la FAC. Pero Jorge Pérez recuerda que periodos de sequía como éste ya se han sufrido en otros años.
Pérez pone en valor la gestión que se lleva a cabo desde las diferentes sociedades de caza en Córdoba y Andalucía, porque, partiendo de la observación de cómo afecta la climatología y las enfermedades «ellos adecuan sus días de caza», tanto en el calendario como en los horarios para practicar la actividad en los cotos. «Los cupos se han adecuado muy por debajo de lo que establece la ley a la realidad del campo en muchos cotos»
Más mayor, menos menor
Otro asunto que no es nuevo en este año es el descenso de la actividad en menor. La caza mayor va en aumento pero porque se ve favorecida por el tipo de agricultura intensiva, de ciclo corto, «que afecta mucho al ciclo reproductivo de las especies de menor». Desde la Federación Andaluza instan a la Junta de Andalucía a poner en marcha el Plan de Recuperación de la Caza Menor, uno de los puntos que se firmaron en el Pacto por la Caza en las pasada campaña electoral de las andaluzas.