Jinetes en el paseo de caballos

Jinetes en el paseo de caballosSamira Ouf Calero

La feria se monta a caballo preparada para la recta final

El concurso de caballistas y enganches protagoniza la jornada del jueves

En el paseo de caballos hay una camarero sirviendo rebujito a los caballistas que esperan turno para el concurso o se toman un descanso. No vamos a entrar aquí en la polémica del sospechoso brebaje que ni es vino ni gaseosa, cuya autoría reclaman los sevillanos y que en la tierra del Montilla Moriles a algunos les resulta un crimen. Pero con la temperatura netamente cordobesa que ya se ha instalado en nuestro mayo y en El Arenal cualquiera le hace pucheros al rebujito fresco.

Además, si la mujer a caballo juguetea con un catavino tenga este lo que tenga, la estampa se transforma casi en postal. De todas maneras ver a las calesas, los caballos y los jinetes por el paseo es una postal viva llena de un tipismo que nos reconcilia con lo que la feria fue y sigue siendo a pesar del signo de los tiempos.

El jueves tradicionalmente se organiza el concurso de caballistas y enganches y es cuando Córdoba recuerda que el caballo y ella son tan inseparables como los arcos de la mezquita catedral o el horizonte de fondo para un Triunfo de San Rafael. O por lo menos debería tenerlo en cuenta. Aunque hay asociaciones y profesionales que tratan de que el caballo siga vivo en el imaginario cordobés, este siempre queda como algo testimonial , algo elitista o algo para los guiris cuando van a Caballerizas.

Caballistas tomando un descaso en el paseo de caballos

Caballistas tomando un descaso en el paseo de caballosSamira Ouf Calero

Por tanto en el jueves de feria no es un concurso lo que sucede en el paseo de caballos, sino un ejercicio de memoria histórica. Pero de la de verdad. Y una constante reivindicación. Algo muy de aquí, por otra parte.

Mientras tanto El Arenal seguía recibiendo visitantes que se enfrentaban al calor de estoicas maneras. Saben que a esto le queda poco y que en unos días todo desaparecerá para convertirse en recuerdos.

Cerrada la agenda de recepciones y comidas de empresa hasta en el vestir se nota más relajación, con menos preponderancia de americanas o trajes en los señores y más señoras con aire deportivo o casual. Aunque la etiqueta cada vez tiene más presencia, esta feria se caracteriza por el pragmatismo antes que por la pose. También en esto es una fiesta abierta, no solo por las casetas.

Enfilamos la recta final. Son días de cordobeses ausentes que desde ayer están en la playa y a los que no se les puede acusar como a los que huyen cada Jueves Santo a la madrugá sevillana. El cordobés de la capital cede en estos días al de la provincia su feria, que es la feria de todos.

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