Trabajadores en la feria de Córdoba

Trabajadores en la feria de CórdobaJesús D. Caparrós

La otra Feria de Córdoba: jornadas de 12 horas y más de 10 días ‘non stop’

Los feriantes, a veces invisibles, son clave para que todos puedan disfrutar de la Feria de Nuestra Señora de la Salud

Acostarse con suerte a las cinco de la mañana, dormir seis o siete horas, vestirse y volver al Arenal. Y así 10 días, más para los feriantes que han tenido que montar atracciones, casetas, puestos o vigilar que todo esté donde debe de estar.

Un total de 245 puestos de comida a los que hay que añadir atracciones y recreativos, se han dado cita en la edición de este año. Patatas asadas, kebabs, bocadillos, churros o crepes, son algunos de los comercios que han salvado la vida a más de uno en el Arenal.

«Los clásicos nunca fallan»

Una de las que ha estado al pie del cañón durante toda la edición ha sido Rafi Gómez, que repite por segundo año consecutivo en la Feria de Córdoba. Nos atiende desde el puesto de ‘Churrería el Abuelo Paco’, un comercio que abre sus puertas a las 12 de la mañana y baja la persiana a las 5:00, excepto los fines de semana que siguen vendiendo porras y chocolate hasta las 7:30 horas. Son más de 8 personas cocinando, sirviendo y limpiando para que otros puedan disfrutar. ¿Los más vendidos? «Se vende todo, pero los churros y las porras no fallan».

'Los cacharritos'

El Canguro, la Noria, las Cataratas o el Ratón Vacilón han marcado los días y ferias de más de un cordobés. Detrás de ellos mucho sacrificio, horas de montaje, puestas a punto, venta de ticket y ‘Ay,que te mojo’.

Fernando de la icónica noria de más de 25 metros llega a la ciudad 4 días antes de que el alumbrado y los fuegos artificiales den el pistoletazo de salida a la fiesta. Por delante le esperan 13 días ( 10 de feria más el desmontaje) y ocho horas al día como mínimo de hacer girar la atracción.

Recreativos

Probar suerte (tómbolas) o demostrar tu puntería o destreza (marcar gol o pinchar globos) son algunos de los puestos que también encontramos en la feria, listos para que alguno se lleve el peluche más grande o una tostadora.

María, de uno de ellos, nos explica que « te encuentras a gente de todo tipo, amable, educada, pero otra que depende de la hora no es lo es tanto, pero en general suelen venir a divertirse y a ver que se llevan».

Estos son algunos de las personas anónimas que están detrás de que el engranaje de la Feria de Córdoba funcione un año más para que cordobeses y visitantes puedan bailar, comer, beber y disfrutar de la fiesta que pone el broche final al mayo cordobés.

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