El obispo, el deán y las autoridades, con los que participaron en la extinción del fuego de la Mezquita Catedral
El Cabildo «pone rostro» y da las gracias a todos los que cuidan de la Mezquita Catedral de Córdoba
Numerosos colectivos y profesionales reciben un reconocimiento por su trabajo a raíz del incendio en el templo
Han pasado sólo tres meses y a ninguno de los que ocupaban una silla en el Salón del Trono del Palacio Episcopal se le ha olvidado ningún detalle de la noche del pasado 8 de agosto. Aquel día comenzaron a circular por las redes sociales y de teléfono en teléfono unos vídeos cortos en los que, pese a los avances de la inteligencia artificial, no cabía duda alguna: la Mezquita Catedral de Córdoba estaba en llamas.
En el acto celebrado este miércoles en el Palacio Episcopal, el Cabildo ha querido reconocer el trabajo de diversos colectivos, comenzando por los bomberos de la capital, que se pusieron en marcha desde el primer minuto sin tener encuenta que en esas horas comenzaba un fin de semana de agosto.
Los reconocimientos han sido para todos, desde los que arriesgaron su vida a los técnicos más cualificados, pasando por quienes olvidaron sus vacaciones para que el monumento abriera al público al día siguiente como si nada hubiera pasado. «Hoy le ponemos rostro a todos», ha señalado el deán presidente del Cabildo, Joaquín Alberto Nieva, en el acto donde, efectivamente, se ha reconocido a cada colectivo con un cordobán y a cada persona con una medalla conmemorativa.
Los homenajeados
En concreto, han sido para el Ayuntamiento de Córdoba, Diputación Provincial, Subdelegación del Gobierno, Delegación del Gobierno de la Junta, Delegación de Cultura, Policía Nacional, Policía Local y bomberos, cuyo responsable, Daniel Muñoz, ha firmado que «saber que confían en nosotros es el mayor honor que se puede tener, porque servir es un privilegio».
También han recibido su reconocimiento Protección Civil, Emergencias 112, voluntarios de Protección Civil, Centro de Emergencias 061, Gerencia Municipal de Urbanismo, Prosegur, los arquitectos del monumento, los arqueólogos, el equipo de restauración, el personal de seguridad, el equipo de comunicación y, por último, el de mantenimiento.
Nieva ha correspondido también a las muestras de apoyo y de solidaridad mostrada desde numerosos rincones, no sólo de España sino también del planeta. Ha destacado las palabras de la Unesco, recibidas a través del Ministerio de Cultura, en las que se afirma que «la previsión mostrada y la rápida respuesta se demostraron ejemplares y merecen ser compartidas con otros monumentos Patrimonio de la Humanidad que comparten estos riesgos».
Los planes de protección
El deán ha tenido un sentido recuerdo hacia la persona de Pepe Varona, el bombero que atendió la llamada alertando del fuego en el templo y que activó el dispositivo que en pocos minutos estaba ya en la Mezquita Catedral. Varona falleció hace unos días mientras hacía ejercicio en bicicleta.
El responsable del Cabildo ha hecho historia al recordar que este monumento se dotó de un plan de protección en 2005, varios años ante de que fuera obligatorio y que constantemente se revisa y se perfecciona. Además, éste se completa con el denominado plan de salvaguarda, para la protección del patrimonio artístico. En el incendio de agosto se puso a salvo un tapiz de alto valor y un relicario de los Santos Mártires de Córdoba.
Al final, cuando se extinguieron las llamas, ha recordado Nieva, pocos creían que el fuego sólo había afectado al 0,34 por ciento del templo. Al día siguiente comenzó la eliminación de la huella del humo y hoy ya sólo queda iniciar la restauración, algo que en su opinión, comenzará «muy pronto».
Una respuesta rápida
El obispo, Jesús Fernández, antes de comenzar el acto, ha señalado que era «un reconocimiento a la buena voluntad de muchas personas ante un momento crítico, como el que vivimos en agosto, dando lo mejor de sí mismos en una respuesta rápida y eficaz».
Por su parte, el alcalde, José María Bellido, también ha participado en esta muestra de gratitud ofreciendo una visión realista de lo ocurrido el 8 de agosto: «Fue una noche terrible y no le vamos a quitar importancia a lo que vimos y a lo que vivimos».
El regidor ha subrayado el intenso trabajo a todos los niveles que se ha llevado a cabo desde el mismo momento del siniestro, que ha permitido «salvar una situación difícil y que en tan poco tiempo se recuperara la normalidad».