Miguelín en su último partido con el Córdoba PatrimonioPatrimonio

Fútbol sala

Triste despedida para un año plagado de emociones

El contador se pone a cero, pero el amargo cierre de temporada es el de un ciclo y está por ver cómo será el siguiente

En la foto ya no volverán a aparecer Jesús Rodríguez, Cristian Ramos, Jesulito, Miguelín, Saura, Pablo del Moral y Lucas Bolo, que de momento sepa. Esas son, hasta la fecha, las siete bajas anunciadas por el Córdoba Patrimonio de la Humanidad y puede que, en las próximas semanas, se anuncien más.

Especolchón

En consecuencia, el sábado era la oportunidad para despedir a jugadores que han sido cruciales para la salvación de un equipo que, en la temporada que concluye para los blanquiverdes, ha sido una carrusel de emociones.
Y es que el Córdoba Patrimonio comenzó la temporada con mal pie, hasta que consiguió su primera victoria casi a mediados de la primera vuelta. Ese fue un punto de inflexión, si bien la alegría duró poco, ya que el final de esa primera vuelta y el comienzo de la segunda la crisis del Córdoba Patrimonio se agudizó y, en febrero, el descenso a Segunda parecía la posibilidad más plausible.
Sin embargo, los de Josan González hicieron un ejercicio de supervivencia, primero; y se conjuraron, después, para ganar cuatro de cinco partidos (con varios rivales directos) y salvar la categoría de una forma entre heroica y agónica.

Salidas

Con el objetivo alcanzado de forma virtual, se filtró la salida de varios jugadores y el atisbo de una profunda renovación de la plantilla. Con dos partidos aun por delante, los blanquiverdes cayeron honrosamente en Murcia y los resultados de los contrincantes propiciaron que las matemáticas dieran la permanencia al Córdoba Patrimonio.

Homenaje

Los homenajes quedaron para el último partido en Vistalegre, que dejó una foto final con Jesulito (uno de los que se van) vestido de calle y una dolorosa goleada, nunca vista antes en Primera para el Córdoba Patrimonio. Los blanquiverdes encajaron nueve goles de un Viña Albali que ahora piensa en el play-off, mientras el club cordobesista afronta una renovación de la que aun no se sabe si su entrenador seguirá al frente o decidirá marcharse.
El contador, por tanto, se pone a cero, pero el amargo cierre de temporada es el de un ciclo y está por ver cómo será el siguiente.