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Opinión

La crisis económica ya está sucediendo

La economía española se enfrenta actualmente a un momento que es crucial para tomar acción y en ningún caso, dejarse embaucar por el optimismo del corto plazo

En las últimas semanas los españoles hemos acudido, ya nada sorprendidos, al espectáculo esperpéntico que nos han hecho presenciar políticos de ambos signos políticos de ese lugar llamado Congreso de los Diputados pero que perfectamente podría llamarse, por lo que parece, ring de la UFC. Debates y discusiones donde reina el ya tan cotidiano y famoso «y tú más», y, además, donde tienen la gran habilidad de no parar de hablar y a la vez no decir nada.
«En economía nada es inmediato, por suerte, pero todo llega, por desgracia». Esta frase la he mencionado en repetidas ocasiones a lo largo de los últimos años, siempre refiriéndome al devenir de la economía española en el medio y largo plazo. ¿Y por qué digo esto? ¿Es que la economía española muestra síntomas preocupantes? ¿Es acaso el momento actual un punto de inflexión para nuestra economía? Ambas respuestas son afirmativas.
La economía española se enfrenta actualmente a un momento que es crucial para tomar acción y en ningún caso, dejarse embaucar por el optimismo del corto plazo y que de forma simultánea se nuble la visión a la hora de poner el foco en hacer frente a los grandes retos estructurales del futuro que debe acometer nuestra economía. Es el optimismo del corto plazo, en distintos indicadores que, de forma errónea, puede hacernos sacar pecho sin tener en cuenta los desequilibrios que pueden generar en el largo plazo. Por ejemplo el que la demanda interna y el consumo sean el motor de crecimiento económico que se encarguen de propulsar nuestra economía es verdaderamente peligroso y además, nos hace muy vulnerables a los recurrentes ciclos económicos ya que expone a la economía a riesgos internos como el desempleo o el decrecimiento de los ingresos disponibles.
¿Pero cual es la situación actual de la economía española para pensar que el futuro no será para nada halagüeño?
La economía española se enfrenta a
• Caídas prolongadas de la productividad desde hace décadas.
• Caída de la renta per cápita.
• Desequilibrios en las finanzas públicas.
• Carga fiscal en aumento, contando con uno de los esfuerzos fiscales más elevados de Europa.
• Creciente inseguridad jurídica.
Y ante esto, ¿ qué hacer? ¿Reformas? Las reformas estructurales que necesita este país no van a ser ejecutadas por los partidos políticos actuales, ya que, como sostenía Von Mises «los conocimientos económicos conducen necesariamente al liberalismo.» Ninguno de los partidos del arco parlamentario es liberal, ni siquiera aquellos que se denominan liberales pero que paradójicamente solo hablan de Estado, Estado y más Estado, ¿Curioso, verdad?
La crisis económica, ya está sucediendo. Podemos volver atrás en la historia económica global para darnos cuenta de que todas las crisis económicas se vivieron sin atender al origen ni raíz de estas. Pasó en 1929 o 2008, entre otras. Ahora bien, teniendo refrescada la historia reciente y con todos los retos y datos sobre la mesa, ¿A qué esperamos como economía para llevar a cabo todas esas reformas que nos conduzcan a mayores cotas de bienestar y prosperidad?
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