Una empleada trabaja en una oficina de la Agencia TributariaMARTA FERNÁNDEZ / EUROPA PRESS

Asaja Córdoba celebra el aplazamiento de la factura electrónica y pide excluir al campo mientras no existan condiciones reales

La organización insiste en que el sector agrario soporta ya una «presión burocrática inasumible» y reclama conectividad y trámites más simples

Asaja Córdoba valora de forma positiva el anuncio del Gobierno de aplazar la implantación obligatoria del sistema de factura electrónica verifactu, un retraso que, según la organización, confirma las advertencias que viene trasladando desde hace meses. Su presidente, Fernando Adell, subraya que «el campo no puede asumir nuevas cargas administrativas, ni más costes para adaptarse a este nuevo requerimiento», por lo que el aplazamiento supone un alivio temporal aunque «no resuelve el fondo del problema».

La organización recuerda que los agricultores y ganaderos se enfrentan cada año a un volumen creciente de trámites, controles y obligaciones que complican la gestión de explotaciones —muchas de ellas familiares— que ya conviven con dificultades de conectividad y procesos digitales que no están adaptados al medio rural. En palabras de Adell, «este aplazamiento demuestra que teníamos razón porque el sector agrario no está en condiciones de cumplir con más obligaciones pensadas desde el despacho y no desde el territorio».

Asaja Córdoba señala que la factura electrónica, tal y como se planteaba, habría añadido «otra losa más» a la actividad agraria y considera imprescindible que antes de imponer cualquier obligación se garantice conectividad, simplicidad y soluciones reales. Por ello, advierte de que lo «más razonable» sería que la exigencia de verifactu no se aplicara al sector agrario mientras no existan condiciones que hagan viable su implantación. «Obligar por obligar solo genera más dificultades y más coste para quienes sostienen la producción de alimentos», insiste Adell.

La organización reiteró su disposición a trabajar con todas las administraciones para avanzar en una norma realista y proporcionada, adaptada al territorio y que facilite la actividad en el campo en lugar de añadir nuevos obstáculos.