firma invitadaJosé Ramírez del Río

Córdoba, en camino hacia la España vaciada

«No se trata del resultado de unas tendencias naturales, sino de políticas ejecutadas hasta la fecha por los dos partidos que han gobernado en España»

Actualizada 05:00

Desde hace años la inversión del estado en la provincia de Córdoba es anémica, hasta extremos sonrojantes. Recuerdo una polémica hace tres años con la por entonces diputada de Podemos por Córdoba -hoy por Granada- Martina Velarde, en que esta decía que «la ultraderecha» mentía acerca de falta de inversiones de los Presupuestos Generales del Estado en nuestra provincia, que eran mayores que nunca. El hecho de que las inversiones fueran un nudo ferroviario para poder enlazar Sevilla con Málaga más rápidamente, sin pasar por Córdoba, no la disuadía. La vergüenza nunca ha estado muy cotizada en los procesos de selección en Podemos, Sumar o como quieran llamarse esta temporada.

La falta de inversiones en infraestructuras hidráulicas durante más de dos décadas de la Junta de Andalucía-con PSOE y con PP en el gobierno-, de las confederaciones hidrográficas de Guadalquivir y Guadiana (dependientes del gobierno central, con PSOE y con PP) y de la Diputación de Córdoba (con los sospechosos habituales) ha conducido a que más de 80.000 personas no tengan agua en sus casas y deban recibir el suministro con camiones cisterna desde hace siete meses. Se aumentó la capacidad de una depuradora pero no había electricidad con la potencia suficiente en la zona para que funcionara bien, lo que nos lleva a otra de las carencias más invalidantes de la provincia: la falta de redes de transmisión de electricidad que permitan tanto verter la capacidad de las instalaciones fotovoltaicas de la provincia como proporcionar suministro a instalaciones industriales e incluso a hogares, carencia que afecta a Lucena, Cabra, Rute y el norte de la provincia. No nos estamos refiriendo a grandes instalaciones industriales electro intensivas, sino incluso a la mera ampliación de una industria de bolsas, que no puede ni aprovechar las naves cercanas a la suya por falta de potencia eléctrica. Podría parecer que esto se va a resolver con la ampliación de las redes eléctricas, pero el hecho es que no está previsto nada de eso en los planes para la provincia de Redeia, la antigua Red Eléctrica Española. Las carencias seguirán prolongándose y haciéndose más acuciantes, sobre todo porque con los planes de electrificación de coches y otros usos es previsible que aumenten la demanda. Obviamente ni hablamos ya de ser sedes de centros de datos o de algún otro tipo de instalación o empresa tecnológica que precise mucha electricidad. Ese tren se escapó hace tiempo.

Tampoco se ha emprendido la gran obra pública pendiente de la provincia desde hace décadas, el desdoblamiento de la N432, o mejor dicho la construcción de una autovía que sustituya la carretera nacional. Es una más de las antiguas promesas electorales del PSOE, durante la legislatura pasada incluso Antonio Hurtado aseguró en un debate en Onda Cero que esa infraestructura se realizaría si ellos ganaban las elecciones. Sucedió y no se puso ni un cm3 de alquitrán de esa autovía. Sin embargo, ya no nos referimos a incumplimientos de obras, sino a algo aún más grave: de la eliminación de las partidas para proyectos. El ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible -el antiguo ministerio de Obras Públicas- no está financiando ya la redacción de proyectos de obras públicas nuevos para Córdoba; dado el plazo de redacción de los proyectos antes de poder llevar a cabo una obra -al menos 4 años, si no hay dificultades añadidas- no sólo es que nos estén robando el presente de la provincia, nos están robando también el futuro.

Desde que entramos en política llevamos denunciando que las regiones leales a España están siendo perjudicadas en favor de las que son gobernadas por independentistas, también hemos señalado el vaciamiento de las regiones del interior de España. No se trata del resultado de unas tendencias naturales, sino de políticas ejecutadas hasta la fecha por los dos partidos que han gobernado en España. Y que deben ser revertidas si no queremos que en veinte años las únicas zonas pobladas de Andalucía sean la costa y el valle del Guadalquivir.

José Ramírez del Río es diputado nacional de Vox en el Congreso

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