España con sensatez, 2ª parte. Jaque mate
Si bien la voracidad y egoísmo de los partidos que sostienen al gobierno de Sánchez es suficiente amalgama para mantenerlos unidos, algunos bloques están reconociendo últimamente con mayor claridad el coste que les está suponiendo entre sus propios electores dicho apoyo
Hace dos años, sobre el mes de junio del 23, nuestro Instituto de Investigación CONCEPTO, hacia una reflexión a causa de los aconteceres que en ese momento se vivían en nuestro país y que tuvo dos citas electorales, la primera en el mes de mayo que supuso un importante cambio de color político en los gobiernos de las comunidades autónomas hacia el PP, y una segunda convocatoria exprés, en plena operación verano a finales del mes de julio, las cuales si bien volvió a perder el presidente Sánchez, supo recomponer, enarbolando una filosofía de «hacer de la necesidad virtud» que le sigue manteniendo a duras penas hasta nuestros días.
Los mítines electorales de esta campaña veraniega del PSOE, dirigidos como suele ocurrir en todos los partidos políticos a sus más acérrimos adeptos, apostillaban una posición contraria a la amnistía por su inconstitucionalidad, a la financiación privilegiada, y hasta una encendida política contraria a la excarcelación o beneficios penitenciarios de los etarras, así como para recalcar que se haría todos los esfuerzos necesarios para traer ante la justicia al prófugo secesionista fugado, con quien ante un cambio de 180 grados de abrumadora necesidad tras los resultados pírricos obtenidos, en estos momentos Sánchez debe íntegramente su pleitesía, su vanagloria existencial, y la de su gobierno y partido, cada vez más acorralado por los casos de corrupción interna del partido, familiar y de desprestigio y falta de credibilidad tanto nacional como internacional.
No habría que obviar, -los abruptos aconteceres diarios hacen menguar los pasados-, esa primera vejación -de muchas otras que vendrían más tarde,- ante la mayoría de las democracias europeas y mundiales, del chantaje de nombrar a un intermediario internacional para la construcción de ese relato de mediación ante un conflicto político denominado procés que, -con una cada vez más menguante población separatista apoya-, es el refugio y enmascaramiento de un grupo de partidos y de personas que le deben su total y única subsistencia política, bajo la utópica necesidad de dar estabilidad política y social a un conflicto y a una región, desde la visión y pensamiento único de estos mismos extremistas.
Una estabilidad que no sólo no ha llegado y no es cierta en Cataluña, sino que está en claro retroceso si para ello analizamos los datos de calidad de vida de esta comunidad y la comparamos con la media nacional a través del Índice Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV) 2023 que elabora anualmente el INE, y en donde en la mayoría de los índices viene perdiendo posiciones desde el 2008 frente a las demás comunidades, cuando era la comunidad que en ese momento se posicionaba por encima de la media nacional. La falta de estabilidad, seguridad ciudadana, vivienda o salud son los índices entre otros, donde Cataluña se encuentra por debajo de la media nacional y por debajo de Comunidades como Madrid, siendo además superada en algunos casos por Castilla La Mancha, Castilla y León, y hasta Andalucía o Extremadura.
Tres son los frentes a los que tiene que enfrentarse el gobierno y el actual PSOE, que salvo muy livianas circunstancias en contra, encarna para bien o para mal en primera persona el presidente Sánchez. La primera tiene que ver con una coalición de gobierno que nació ya quebradiza al intentar amalgamar una extrema derecha xenófoba, nacionalista y separatista con una extrema izquierda rupturista de la constitución y de sus valores fundacionales, extremos que sólo tienen en conveniencia, mantener por un lado a un débil para conseguir un protagonismo que por otro lado no tendrían o sería mucho menor, y tiempo, para obtener todas aquellas prebendas que en circunstancias digamos de sensatez, nunca se producirían y alcanzarían a obtener.
Si bien la voracidad y egoísmo de los partidos que sostienen al gobierno de Sánchez es suficiente amalgama para mantenerlos unidos, algunos bloques están reconociendo últimamente con mayor claridad el coste que les está suponiendo entre sus propios electores dicho apoyo, y por tanto, ante las necesidades de mayor inversión en defensa, o temas relacionados con la rigidez y costes laborales, junto a los cada vez mayores e incontenibles casos de corrupción entre otros aspectos, están produciendo importantes grietas a esta convivencia de intereses con consecuencias cada vez más difícil de entrever.
El segundo frente tiene que ver precisamente con los casos de corrupción, que se encuentran ya judicializados y que hasta el momento, -nadie puede descartar que sigan aumentando teniendo en cuenta el lamentable espectáculo al que venimos reiteradamente asistiendo desde primeros de año-, y donde se encuentra imputados más de 30 personas cercanas al presidente o del propio partido, destacando entre otros a Álvaro García Ortiz -imputado por revelación de secretos-, Begoña Gómez Fernández -imputada por tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo profesional-, David Sánchez Pérez Castejón -imputado por prevaricación y tráfico de influencias-, al que se suma recientemente Miguel Ángel Gallardo -imputado por prevaricación administrativa y tráfico de influencias-, José Luís Ábalos -imputado por organización criminal, cohecho, tráfico de influencias, y malversación-, Koldo García -imputado por corrupción, organización criminal, blanqueo de capitales, cohecho y tráfico de influencias-, y a los que habría que añadir otros tantos relacionados con enchufismo de empleos varios en instituciones, organizaciones o fundaciones públicas o los que probablemente se sumaran en breve, relacionados con el caso de Leire Díez, sin obviar casos durmientes como el caso Berni, o el blanqueo del caso ERE de Andalucía y las piezas aún abiertas del mismo. Cabría recordar que solo uno bastó para que este mismo gobierno, que enarbolaba como argumento la lucha contra la corrupción, montara una moción de censura.
A todo esto debemos añadir otros aspectos, como la prosaica argumentación que se viene escrudiñando ante la falta de presupuestos, -muy diferente a la que esgrimía un PSOE en la oposición al gobierno de Mariano Rajoy donde se parafraseaba presupuestos o convocatoria de elecciones-, la sombra de dudas y oscurantismo de respuestas ante el apagón eléctrico, junto al caos del servicio ferroviario -imagen destacada de la modernidad en nuestro país a nivel exterior en otros años-, las cuales ya vienen siendo recogidas por los medios de comunicación internacionales, que junto a los casos de corrupción, están haciendo mella y se vienen traduciendo como elementos de inseguridad y descrédito de nuestro país, difícil de defender por el gobierno actual identificado ya por sus socios europeos como frágil y dependiente de partidos minoritarios, y que ponen como ejemplo, que nuestro gobierno en vez de estar atendiendo los importantes desafíos europeos, se encuentra embrollado en otras aspectos, como la exigencia de la incorporación de nuevas lenguas oficiales al marco de la UE.
Hasta el momento las respuestas de Moncloa a este entorno se vienen enfocando en dos estrategias, la primera relacionada con esquivar a la prensa y así a la obligatoriedad que todo gobierno debería tener de contestar el presidente a la opinión pública, y la segunda, que nadie debería descartar de nuevo, a través del retiro de reflexión que ya protagonizo y que cabría traducir como un aviso a navegantes, concretamente a sus compañeros de gobierno progresista.
Y finalmente un tercer frente, que puede ser decisivo en este momento y hace referencia a las identificadas por líderes de peso de partido como bocas pequeñas y, que hasta el momento han mirado para otro lado dentro del PSOE y donde empiezan a emerger con cada vez más pulso. La convocatoria a elecciones generales, ya no sólo se pide desde la oposición y se viene solicitando desde las filas de importantes dirigentes en activo con peso autonómico, para evitar un mayor estropicio de cara a autonómicas y municipales.
Algunos dirigentes del PSOE empiezan a ver similitudes a nivel interno con los años de declive de Zapatero y que supuso una debacle en las siguientes autonómicas y municipales, o más a nivel macro identificando la desaparición de un partido como el socialista en países como Italia y Grecia, pero especialmente Francia, que siendo fundamental para la construcción de la Europa actual y con implantación en toda la geografía gala, ha desaparecido a niveles casi simbólicos, circunstancias del que el propio PSOE, no debería evitar verse igualmente reflejado.
La ola conservadora que vive Europa no presagia buenas expectativas al menos a corto o medio plazo para los partidos socialdemócratas, pero algunos dirigentes piensa que aún hay tiempo de salvar los muebles, si se mantienen allí donde son hegemónicos e intentar reconstruir desde esos feudos lo que quede de un partido, el PSOE en el caso español, que se encuentra en estos momentos, según voces acreditadas, sin rumbo e identidad institucional, a costa sólo de la personificación de una sola persona y de sus aduladores, y en donde los actuales dirigentes en activo del PSOE -actuales diputados, senadores, consejeros y concejales, etc.- deberán empezar ya a posicionarse, ya que la foto de su posición actual ante lo que se viene viviendo desde el comienzo de esta legislatura, ha empezado ya a realizarse, reconociendo que el futuro que ha de venir para el partido será muy movedizo.
Con todo ello, cabe recopilar de forma perseverante y tal vez con mucho más juicio que entonces, el artículo de hace unos años aseveraba que LA SENSATEZ es en sí mismo un marco conceptual al que todos deberíamos dirigirnos en algún momento, un punto de encuentro más cercano con todos los demás, una cualidad que sin duda todos buscamos y deseamos se encuentre más a menudo entre nosotros y entre quienes nos rodean, siendo por tanto una característica y modo de actuar que desearíamos especialmente de todos los dirigentes.
LA SENSATEZ no va en contra de ninguna idea, y en todo caso se enfrenta a aquellas situaciones y aquellas personas que actúan sin ella, persiguiendo como objetivo un marco aspiracional donde el respeto y la libertad individual, sea conjugada de igual forma con el respeto y la libertad colectiva.
ESPAÑA CON SENSATEZ no sólo es un discurso, ni siquiera debería ser sólo un buen eslogan de campaña electoral, -que sin duda entiendo lo es-, es en estos momentos la aspiración y la necesidad que todos y en todos los lugares, más se identifica con lo que realmente necesitamos, y es la acción a emprender, en la que sin vacilación estamos todos más de acuerdo en llevar a cabo para alcanzar un mejor país para todos.
ESPAÑA CON SENSATEZ es en todo caso una definición diferente de como desean los ciudadanos nos enfrentemos al futuro, una oportunidad por otro lado de quien defina su estrategia y campo de confrontación de ideas, en una dimensión de entendimiento en la que se identifican sin duda en estos momentos una gran mayoría de ciudadanos independientemente de su posición y convicción ideológica.
Como en una partida de ajedrez donde el tiempo del gobierno juega en su contra y habrá de responder antes que tarde, LA SENSATEZ se erige como la jugada a responder por cada uno de nosotros, convirtiéndose en el jaque mate que deberá dar respuesta y cordura a la actual situación de despropósito y posverdad en donde el gobierno se ha instalado, y donde ya empieza a reconocer, no llega a alcanzar a convencer de sus multi relatos y su realidad paralela, a la mayoría de la población.
ESPAÑA CON SENSATEZ nacía y sigue nutriéndose de un estudio y reflexión realizado por el Instituto de Investigación CONCEPTO que parte de la identificación de los mensajes, reflexiones, coloquios, y debates y estudios sociológicos que en estos momentos se vienen llevando a cabo en nuestro país.