Paseo de las Mercedes, en Montilla, una de las zonas afectadas por las palomas

Paseo de las Mercedes, en Montilla, una de las zonas afectadas por las palomasLa Voz de Córdoba

Montilla

Cómo controlar la población de palomas urbanas sin tener que sacrificarlas

El Ayuntamiento de Montilla ha sacado a licitación pública un contrato para el control de esta especie bajo la nueva normativa de bienestar animal

La proliferación de palomas es un problema al que se enfrentan numerosas ciudades en España. Se estima que una pareja de palomas concibe en torno a seis crías al año. Y éstas a su vez, a los tres meses, ya son capaces de criar. Por lo que, tal y como indica José María Ayala, coordinador de GREFA en Andalucía, al final de año «hay decenas de crías multiplicándose y aumentando la población».
Los montillanos llevan años sufriendo las consecuencias de convivir con este animal en sus calles, parques y edificios. La teniente de alcalde del Área de Infraestructuras y Medio Ambiente, Raquel Casado, explica que, fundamentalmente, la mayor incidencia se encuentra «en el centro de la localidad. Las palomas buscan un lugar donde resguardarse que se parezca a su habitat natural, en roqueros, donde pueda haber rocas». Y, ese lugar perfecto, está en «esta zona donde hay bastantes edificios y viviendas deshabitadas».
El consistorio de la localidad lleva años buscando la forma idónea de reducir al máximo las molestias de estas aves, ya que «generan bastantes molestias, sobre todo, a los vecinos de forma directa con los excrementos y la corrosión en todo tipo de edificios».

Método

Para mitigar y solucionar este problema, el Ayuntamiento ha sacado a licitación el servicio de control ético de las poblaciones de palomas en Montilla. Se trata de un contrato que tendrá un año de duración, prorrogable por tres más, y con un valor estimado de 28.200€.
Parque Montilla afectado

Parque Montilla afectadoLa Voz de Córdoba

El objetivo, indica Raquel, es «tratar de minimizar la población de palomas siempre y cuando se considera que el numero sea excesivo». Anteriormente, en esta localidad no se sacrificaban las palomas que se capturaban, sino que se cedían a centros de recuperación de especies amenazadas. Ahora, «el salto que hemos dado ha sido hacía el pienso anticonceptivo. Hemos sido reacios hasta ahora a este método porque no queremos que otras especies hagan uso de este alimento». Por eso, «lo proporcionaremos de forma controlada y los comederos no estarán expuestos en lugares que puedan afectar a otras especies».
La teniente de alcalde quiere dejar claro que «no queremos erradicar a las palomas por completo, simplemente queremos controlar la población. Haremos un censo trimestral y de esta manera poder modular las medidas en base a esos criterios».

Licitación

La empresa licitadora tendrá como tareas aportar información sobre el estado sanitario y el número de ejemplares a través de un estudio poblacional previo, la reducción del número de ejemplares mediante pienso esterilizante de forma exclusiva y la captura de forma selectiva con jaulas de palomas o cualquier otro método sin que sufran daños, además de la instalación de medidas disuasorias en monumentos y edificios sin contemplar el sacrificio de las aves.
La captura tiene como finalidad «desplazarlas hacía otras zonas», comenta Casado.

Problema patrimonial

Las molestias o dificultades que estas aves pueden causar van más allá de lo social o salubre. Y es que ya no sólo es un «problema a nivel humano, sino que interfiere en otras especies que están protegidas quitándoles su hábitat de nidificación, concretamente con el cernícalo», explica el coordinador de GREFA Andalucía.
Además, el pienso esterilizante para combatir las poblaciones de palomas «puede afectar a otras especies como el estornino o el gorrión común. Este último con un descenso generalizado del 20% o superior».
Otra de las cuestiones que más preocupa, es el daño patrimonial y cultural que realizan las palomas en los parques y esculturas de la localidad montillana. Pero, ¿ por qué este animal pica en los monumentos? José María nos brinda la respuesta «la paloma necesita para hacer la digestión en su buche una partícula, unas piedrecitas que se llaman gastrolitos, y que las coge picoteando de los monumentos. Es un problema de conservación de patrimonio, tanto histórico como natural».

No hay que darles de comer

Dar de comer a las palomas es un gesto muy habitual entre la población, sobre todo, entre los más pequeños que van con bolsas de pan o gusanitos hacia los parques de las ciudades.
El coordinador lo tienen claro, «hay que romper esa cadena. No aportar alimentos». Aunque se considera una especie que tiene capacidad de buscar comida por sí misma, «la paloma urbana, doméstica, se ha convertido en generalista y consume todo lo que pilla, con lo cual se considera que es un basurero nato, con un alto índice de supervivencia y adaptación».
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