Sede de Emproacsa

Sede de EmproacsaDiputación de Córdoba

La Diputación de Córdoba defiende la subida de tarifas del agua y la basura como única vía para mantener el equilibrio de las empresas públicas

Fuentes y Lorite advierten de que si la oposición bloquea las ordenanzas, Emproacsa y Epremasa podrían entrar en pérdidas millonarias y verse abocadas a planes laborales o de saneamiento

El equipo de gobierno de la Diputación de Córdoba ha defendido este jueves que las subidas de tarifas previstas para Emproacsa y Epremasa son «necesarias, proporcionadas y ajustadas a la ley». Así lo han explicado el presidente de la institución provincial, Salvador Fuentes, y el vicepresidente primero, Andrés Lorite, quienes han comparecido juntos para detallar los informes económico-financieros de ambas empresas y justificar el incremento de precios como «la única manera de evitar que trabajen a pérdida y garantizar su viabilidad sin poner en riesgo el empleo».

Fuentes ha recordado que el aumento en la factura del agua se limitará al IPC acumulado de 2024 y 2025, un 5,37 %, lo que equivaldrá a unos 2,78 euros más al mes para una familia media. Según explicó, «una empresa pública no puede gestionar a pérdida de forma consciente», y recordó que Emproacsa arrastraba una quiebra técnica en 2023 con una deuda de 14,4 millones. Desde entonces, la Diputación ha inyectado 59,3 millones de euros (22,3 en funcionamiento y 37 en inversiones) para reflotar la sociedad, pero —subrayó— «eso no se puede hacer todos los años».

«Si no aplicamos el IPC acumulado, en 2026 acumularíamos unas pérdidas de 10 millones de euros y entraríamos en quiebra. No se trata de una decisión política, sino de una necesidad contable y legal», ha advertido Fuentes. En caso contrario, añadió, habría que aplicar planes de saneamiento o incluso privatizaciones, lo que implicaría un impacto directo sobre el empleo.

Epremasa: del 44 % inicial al 17,5 % final

Por su parte, el vicepresidente primero de la Diputación y responsable de Epremasa, Andrés Lorite, ha explicado que la sociedad mercantil de residuos se encontraba también «al borde de la quiebra» en 2023, con 7 millones de euros de pérdidas, un convenio laboral caducado desde hacía diez años y compromisos con varios ayuntamientos incumplidos.

El informe económico-financiero planteaba inicialmente un incremento tarifario del 44 % para cumplir la Ley 7/2022 de residuos, que obliga a implantar el quinto contenedor de bioresiduos y asumir el impuesto estatal al vertedero. «Cumplir la ley cuesta dinero: más rutas, más camiones, más contenedores y más personal», ha resumido Lorite.

Tras un ajuste interno y una subvención extraordinaria de 2 millones de euros aportada por la Diputación, el incremento se ha reducido finalmente al 17,5 %, equivalente también a unos dos euros al mes por vivienda. «Se trata de salvar una empresa pública, de cumplir la ley y de garantizar justicia salarial entre los trabajadores», ha señalado.

Responsabilidad política y consecuencias

Ambos dirigentes han insistido en que las medidas responden a la necesidad de evitar la quiebra de dos servicios esenciales: el abastecimiento de agua y la recogida de residuos en la provincia.

Fuentes ha advertido que si la oposición —que mantiene mayoría en las comisiones informativas— bloquea la aprobación de las tarifas, las consecuencias «serán responsabilidad de quienes no apoyen una medida que es de sentido común». «Somos conscientes de que entramos en época electoral y eso condiciona muchas posturas, pero los datos contables son los que son», apuntó.

De no aprobarse las ordenanzas antes del 1 de enero, añadió, las empresas podrían verse obligadas a afrontar planes de saneamiento con costes laborales, pérdida de tesorería, dependencia del crédito e impacto en la calidad del servicio. «Ni el agua ni la basura pueden ir a pérdida. No es un debate político, es una cuestión de gestión responsable», ha concluido Fuentes.

Las cifras detrás del incremento de las tasas

Tanto Emproacsa como Epremasa afrontan un escenario de incremento sostenido de gastos estructurales y nuevas obligaciones legales que, según la Diputación, hacen imprescindible actualizar las tarifas.

En el caso de Emproacsa, el presidente Salvador Fuentes ha detallado que la empresa ha pasado de gestionar 47 estaciones depuradoras en 2024 a 53 en 2026, y de 69 a 80 estaciones de bombeo, lo que eleva el total de infraestructuras hidráulicas de 116 a 133, «con los mismos ingresos congelados». A ello se suma el aumento del canon de vertido y las sanciones de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que han subido un 35 %, así como un incremento del 20 % en materiales y costes de explotación.

Emproacsa también está inmersa en un plan de inversiones de 37 millones de euros para la renovación de grandes tuberías de abastecimiento y redes locales, la modernización de las plantas de tratamiento y la mejora del control de calidad del agua. Según Fuentes, la Diputación ha aportado además 22,3 millones en funcionamiento, «una inyección que no puede repetirse cada ejercicio».

Por su parte, Epremasa soporta los efectos de la Ley 7/2022 de residuos, que obliga a implantar el quinto contenedor de bioresiduos, renovar rutas y camiones y asumir el impuesto estatal al vertedero. Lorite ha recordado que las nuevas exigencias ambientales implican «un despliegue económico muy importante», al que se añaden los ajustes sociolaborales para igualar retribuciones entre categorías y «corregir desequilibrios heredados».

También se contemplan costes de clausura de vertederos colmatados y mejoras en las plantas de tratamiento y transferencia, actualmente financiadas por la Diputación.
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