José Juan Jiménez Güeto, en la capilla de Montserrat

José Juan Jiménez Güeto, en la capilla de MontserratLa Voz

Un quinario sevillano con acento cordobés

El Cristo de la Conversión es el titular de la hermandad de Montserrat

En las décadas en las que el clero vivía un momento pujante, era corriente que en los cultos de determinadas hermandades figurase el nombre de predicadores de postín. Eran los tiempos del canónigo valenciano Benavent o del famoso padré Cué, que, junto a otros, se recorrieron España de púlpito en púlpito avalados por su fama de grandes oradores.

En la actualidad, con las filas sacerdotales no tan nutridas, es excepcional que un sacerdote salga de su diócesis para predicar en otra. Éste es el caso de canónigo y párroco de la Trinidad, José Juan Jiménez Güeto, que durante esta semana tiene a su cargo la predicación del quinario al Cristo de la Conversión, de la sevillana hermandad de Montserrat.

Altar del quinario al Cristo de la Conversión

Altar del quinario al Cristo de la ConversiónLa Voz

Explica este sacerdote, que ya predicó en la hermandad de la Amargura, que ya intentaron hace un tiempo que predicara a su titular mariana, pero la agenda impidió que esto se materializara. Ahora, para evitar cualquier impedimento, contactaron con él el pasado mes de julio y así dio su consentimiento al diputado de Cultos de la hermandad de Montserrat.

El titular de esta hermandad es el Cristo de la Conversión, considerado como el segundo salido de las gubias de Juan de Mesa. Además, durante largo tiempo estuvo acompañado en el paso por cuatro ángeles pasionistas que ahora, afortunadamente, lucen en las esquinas del trono del Cristo de las Necesidades de Cabra. Otro vínculo cordobés más.

El quinario

Jiménez Güeto está agradecido por esta llamada para predicar en Sevilla, afirma que ésta «es una hermandad extraordinaria» y explica que el quinario lo ha desarrollado en torno a la advocación del Cristo. De este modo, arrancó el lunes con la llamada a la conversión personal y también ha abordado cómo debe ser el proceso de conversión, la petición de perdón y la Palabra y la Eucaristía como alimento de la fe y, por último, la imagen de la Virgen María como una respuesta de fe que acoge la Palabra.

Restan dos días de quinario en los que hoy, renovaran el juramento de las reglas aquellos que hayan cumplido 14 años de antigüedad y mañana lo harán los hermanos de nuevo ingreso.

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