Fachada a la calle del Arenal de la iglesia hacia 1872, después de la reforma

Madrid

San Ginés, la iglesia de Madrid que tenía un caimán disecado

La iglesia, situada en la calle Arenal 13, es también famosa por el bautismo de Quevedo y el matrimonio de Lope de Vega

La parroquia de San Ginés, situada en el centro de Madrid y a unos pasos de la famosa churrería que recibe el mismo nombre, es una de las iglesias que más afluencia de turistas reciben. No es para menos, pues se trata de una espectacular construcción que alberga tras sus muros historias de lo más curiosas, entre ellas, la del caimán disecado que se exhibía como 'reliquia'.

La historia del caimán

Para conocer la 'leyenda del cocodrilo' debemos viajar hasta la época de los Reyes Católicos. Según narran las crónicas, Alonso de Montalbán, aposentador de los reyes, se embarcó hacia las recién descubiertas Indias para buscar fortuna y asegurar los dominios españoles.
Un día, cuando Montalbán quiso regresar a España con su familia y otros compañeros de patria, un caimán de gran tamaño les empezó a seguir. Acongojados ante tan terrible situación, los navegantes arribaron en Portobelo y, convencidos de haber despistado a su persecutor, bajaron a tierra para buscar provisiones. Sin embargo, el animal parecía empeñado en darles captura, pues apareció de nuevo ante ellos. Desesperados ante tan temible escenario, los españoles decidieron jugar todas sus cartas confiando sus plegarias a la Virgen. Después de esta súplica, por milagro o por casualidad, cuentan que una rama cayó sobre el cocodrilo y terminó con él.

Caimán bajo el altar de la Virgen en la iglesia de San GinésRevista Ritmo Julio/Agosto 1985 | Biblioteca Virtual de Prensa Histórica

Otras versiones narran que la Virgen se apareció sobre la rama del árbol, y que esto provocó que cayera sobre el desdichado cocodrilo. También hay quien dice que tras el milagro una talla de la Divina Señora apareció en el árbol. Sea como fuere, el caso es que Montalbán regresó con el cocodrilo a bordo y, al ser parroquiano de San Ginés, lo colocó como exvoto en una capilla dedicada a su intercesora. Actualmente, sin embargo, el caimán ya no se encuentra en el lugar.

El templo y sus alrededores

Los alrededores de la iglesia constituyen uno de los rincones más mágicos de Madrid. En el Pasadizo de San Ginés, además de la ya mencionada chocolatería, podemos encontrar otro de los negocios centenarios más míticos de Madrid: la librería de San Ginés. Se trata de una de las más antiguas de España (sus orígenes se remontan al siglo XVII) donde los amantes de las letras pueden encontrar verdaderos tesoros literarios.

Librería de San GinésPágina oficial de Turismo de la ciudad de Madrid

El exterior del edificio presenta una fachada principal construida en ladrillo y piedra. En origen fue de estilo neoplateresco, pero en la Guerra Civil fue destruida y sus adornos no fueron conservados en la restauración posterior. Nos encontramos también un pórtico con tres arcos que tienen sus correspondientes tres naves en el interior.
Una vez dentro podemos observar una clásica iglesia con una amplia nave central y capillas laterales, de las cuales destaca sin duda la del Santísimo Cristo de la Redención, que se podría considerar casi como una iglesia independiente. Surcando el cielo de todo el edificio, una bóveda de cañón con lunetos es soportada por pilastras de orden toscano y arcos de medio punto. La cúpula principal está levantada sobre pechinas, sin tambor ni linterna.

Interior de San Ginés con pintura del martirio del santo en tiempos de Juliano 'El Apóstata'

Real Capilla del Santísimo Cristo de la Redención, de planta de cruz latina y adornada con mármoles grises, rojos y anaranjados.

Entre una de las muchas joyas que podemos destacar de esta iglesia no puede quedar fuera el cuadro de La Purificación del Templo del Greco, una de las últimas obras del artista. Esta pintura representa a Jesús expulsando a los mercaderes del templo, imagen que se ve reforzada por la colocación de una estatua de Adán –situada al fondo del cuadro a la izquierda– sobre un relieve que representa la expulsión del paraíso. Sin duda, una de las más accesibles pinturas del Greco que pasa desapercibida a los ojos de muchos turistas.

La purificación del templo, El Greco (1545-1614)

Otra obra que podemos subrayar es la escultura de Nicolás Fumo Cristo camino del Calvario. Se trata de una talla de madera policromada y está firmada en el año 1698. Se puede visitar en la Capilla de la Virgen de las Angustias, cuya decoración barroca refuerza el carácter andaluz de la advocación mariana.

Santísimo Cristo de la Salud (1698), escultura de Nicola Fumo

Breve historia del templo

  • Siglo XII: en el año 1106, durante el reinado de Alfonso VI, Bernardo de Cluny (primer Arzobispo de Toledo) consagró extramuros de la Villa la iglesia en honor a San Ginés.
  • Siglo XIII: aparece citada por primera vez en un documento. El Códice de Juan el Diácono menciona que era una de los templos que visitaba San Isidro en su recorridos por la Villa.
  • Siglo XIV: con motivo del saqueo y sacrilegio que había sufrido la iglesia, el Papa Inocencio VI de Avignon, concede una bula en el año 1358 para que todos los que colaborasen con la reconstrucción y desagravio del templo pudieran recibir indulgencias.
  • Siglo XVII: la mayor parte de la fábrica del templo es demolida y Felipe IV confía las obras a Juan Ruiz.
  • Siglo XVIII: se transforma el interior de la iglesia. La Real Academia de San Fernando designa a Juan de Villanueva – el célebre arquitecto – para hacer modificaciones conforme al gusto neoclásico de la época. Este clima neoclásico es el que podemos encontrar hoy en una visita al templo.
  • Siglo XX: después de su restauración 1982, San Ginés fue declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional.
En definitiva, San Ginés es uno de esos lugares en los que podemos respirar un ambiente místico, plagado de iconografía religiosa y de leyendas. Además, esta iglesia también es célebre por el bautismo de Quevedo y el matrimonio de Lope de Vega, por lo que, a pesar de que ya no podamos encontrar un caimán disecado bajo el altar, merece la pena hacer una visita a este icónico templo madrileño.