Puerta acorazada Banco de España
Madrid
Así es la infranqueable cámara acorazada del Banco de España
En los 87 años de existencia del Banco de España, nadie se ha atrevido a desafiar el sistema de su cámara de máxima seguridad para hacerse con los lingotes de oro
la capital española guarda muchos tesoros, pero sin duda, uno de los mejores custodiados es el que alberga en su cámara acorazada el Banco de España. Muy cerca de la atenta mirada de la diosa Cibeles, esta institución conserva bajo tierra, a 48 metros de profundidad, un tercio de la reserva española de oro.
Sistema de máxima seguridad
En los 87 años de existencia del Banco de España, nadie se ha atrevido jamás a desafiar el sistema de su cámara de máxima seguridad para hacerse con los dorados lingotes. Si los protagonistas de la Casa de Papel llevaran a cabo su golpe en la vida real, muy pronto serían atrapados, y es que acceder hasta el interior de la cámara y escapar es prácticamente imposible, y desde luego, mucho más complicado que en la serie de Netflix. Aunque no se conocen todos los detalles del sistema anti-robos, te contamos algunas de las medidas de seguridad que ha hecho públicas la institución.
Fotograma de La casa de papel
Para llegar hasta los lingotes, hay que cruzar unas escaleras y posteriormente descender dos sótanos, siguiendo el recorrido hasta llegar a un gran portón de acero inoxidable con rejas de seguridad y a prueba de bombas. Esta primera puerta acorazada pesa unas 15 toneladas y hay que engrasarla dos veces al año para que no se oxide. Para poder atravesarla, es imprescindible tener las llaves y conocer las claves de acceso. Para esta tarea se designó originalmente a tres personas: el gobernador, el cajero del banco, y el interventor. Sin embargo, ya hace mucho que la primera de estas figuras se anuló, por lo que ya solo son dos los San Pedros que tienen en su poder la apertura de esta y las siguientes puertas. Una vez hemos accedido, habría que bajar en los ascensores para encarar el siguiente reto. Éste es un foso, que cuenta con un puente retráctil de dos metros por el que solo puede pasar una persona a la vez. En el caso de que los atracadores hubieran sido capaces de llegar hasta aquí, sus planes se truncarían irremediablemente, pues el foso de acceso cuenta con una trampa de agua. Este sistema de seguridad fue diseñado por el arquitecto José Yarnoz y nunca se ha activado, ya que, como hemos mencionado, nadie se ha arriesgado a tanto. Lo que ocurriría en caso de que alguien lo hiciera, sería que los sensores y las cámaras, al detectar movimiento, accionarían de forma manual una llave que haría que dos arroyos; «Las Pascualas» y «Oropesa» (este último también abastece de agua la Fuente de Cibeles) inundasen por completo esta sala en cuestión de segundos.
Después todavía habría que pasar dos puertas más con sus correspondientes llaves y contraseñas, porque el foso lleva hasta una segunda puerta de 13,5 toneladas, y después a una tercera similar a la anterior. Una vez salvadas estos tres portones, pasaríamos a un pasillo de distribución con acceso a las diferentes cámaras, cuyas puertas fueron fabricadas por la Casa York, que concluyó su elaboración en 1934. La mayoría de las cámaras pertenecen al banco, pero también hay una del Ministerio de Justicia, otra para el Ministerio de Economía y otra para el Defensor del Pueblo. Una vez ingresáramos y diéramos con las puerta correctas, la cámara de seguridad se abriría ante nuestros ojos, mostrándonos no solo los relucientes lingotes apilados en las estanterías, sino también la colección numismática que cuenta con más de 500.000 monedas.
Última emisión de pesetas (falta la de 500)
Todo ello, se complementa con un pequeño pasillo que recorre la superficie exterior desde la entrada hasta la salida. La peculiaridad de esta estancia es que está completamente repleta de espejos, por lo que se podría localizar al intruso desde cualquier punto. Además, el Banco de España también ha hablado en ocasiones de «medios tecnológicos» adicionales que se distribuyen por todo el recinto.
¿Sabías qué...?
Las cámaras acorazadas del Banco de España son tan resistentes que ni siquiera las bombas de la Guerra Civil pudieron destruirlas. Además, el lugar sirvió como búnker para varias familias que vivían en el edificio del Banco.
Lingotes de oro nazi
Como ya hemos mencionado, un tercio de la reserva española de oro se encuentra en el Banco de España, y el resto se encuentra repartido entre Londres, Estados Unidos, Suiza (en el Banco Internacional de Pagos Internacionales de Basilea) y otros lugares que no se detallan por motivos de seguridad. En total, la institución guarda a día de hoy 9,1 millones de onzas troy, que equivalen a unas 281 toneladas de oro valoradas en unos 12.000 millones de euros. Los lingotes de oro pesan 12,5 kg cada uno y su valor ronda entre los 600.000 y 640.000 euros, A esto hay que sumarle unos 2000 lotes irregulares.
Pero los lingotes que más han llamado la atención de los ciudadanos, son los 38 lingotes de oro nazi que aún conserva el Banco de España. Estos lingotes son fácilmente identificables por llevar impreso el escudo del Tercer Reich. A pesar de la polémica, la investigación internacional acerca de oro expoliado a los judíos llegó a la conclusión de que estos 38 lingotes no tenían esta procedencia y por eso han permanecido en las dependencias del Banco central español. Sin embargo, ante la presencia de estos lingotes, el pasado 2022 la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica solicitó que su valor fuera invertido en acciones de memoria histórica.
Las reservas de oro se redujeron a la mitad con Zapatero
En 2004, el socialista Rodríguez Zapatero se convertía en el quinto presidente del Gobierno de España. Durante su mandato hasta 2011, las reservas de oro del Banco de España fueron menguando hasta quedar reducidas a la mitad. Las onzas fueron vendidas por todo el mundo por un total de 3.500 millones de euros.
Evolución de las reservas de oro del Banco de España (1957-2015)
En 2004, el oro que se guardaba ascendía hasta las 17 millones de onzas troy, y solo un año más tarde la cantidad no superaba los 14,7 millones. La venta de las onzas continuó, y en 2006, el año cerró con 13,4 millones. Esta cifra tocó fondo en 2007, año en el que solo quedaban 9,1 millones. En este momento estaba a la cabeza del Ministerio de Economía y Hacienda Pedro Solbes. Desde esa fecha, las reservas del Banco de España no se han vuelto a tocar.
Comentarios
