La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la redacción de El DebatePaula Argüelles

Entrevista a la presidenta de la Comunidad de Madrid (II)

Ayuso: «Ni tengo, ni vivo en un ático y lo que tenga mi pareja no es de dominio público»

  • La presidenta autonómica hace un repaso sobre sus oponentes en la Asamblea de Madrid y reflexiona sobre si volverá a presentarse a las elecciones en 2027

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, habla, en esta parte de una amplia entrevista con El Debate, de los problemas judiciales de su pareja, Alberto González Amador, y su utilización constante como arma política por parte de la oposición. Además, hace un repaso sobre sus adversarios políticos en la Asamblea de Madrid y reflexiona sobre su futuro.

— ¿Qué le pareció la declaración de su pareja ante la juez el pasado 10 de abril? ¿Qué le parece la utilización constante de este tema por parte de la oposición?

— Bien. Pidió ir a declarar a petición propia y es la primera vez que se le ha enjuiciado, al menos, porque hasta el momento sólo ha habido un juicio mediático constante desde hace más de un año y pico, como no se le había hecho nunca a nadie. Yo no sé dónde viven los ministros, quiénes son sus parejas, yo no sé de ningún político cómo son sus casas, ni a qué se dedican sus seres queridos. Conmigo parece que todo vale. El proyecto de Pedro Sánchez ha enloquecido con la Comunidad de Madrid y conmigo. Están cometiendo tales barbaridades que a lo mejor incluso acaba condenado el fiscal general del Estado y algunos ministros. Han pasado todos los límites.

— Desde el PSOE le exigen explicaciones sobre cómo se ha pagado el ático en el que usted vive, ¿cree que tiene que darlas?

— No vivo en un ático. Ni tengo, ni vivo en un ático. Lo que tenga o deje de tener una persona, por tener relación conmigo, no es de dominio público.

— Desde que estalló el escándalo hace más de año y medio no se le ha visto en público con su pareja, ¿cómo lo ha conseguido, a pesar de toda la expectación mediática?

— Yo nunca he oficializado mi relación. Mi pareja nunca ha venido conmigo a ningún evento público. Mi pareja no es Begoña Gómez, mi pareja no viene a la Puerta del Sol a hacer negocios, ni yo le beneficio a él en sus negocios, ni él ha utilizado mi nombre para crecer laboralmente, ni duerme en instalaciones públicas. Las pocas fotos que tengo con él son robados en la calle. Yo he sido siempre una mujer que, estando en política, he defendido mi papel y he distanciado mi vida personal de la política, muy especialmente en los últimos años. Entonces, lo coherente es que no se nos vea juntos, porque mi ámbito personal me pertenece a mí y sólo a mí.

— ¿Cómo cree que va a terminar todo este asunto para el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz?

— El Gobierno ya ha dicho que no va a dimitir, aunque acabe condenado. Así que debe ser que están esperando a que todas las últimas modificaciones legislativas, incluida una nueva figura dentro de la Fiscalía para, supuestamente, perseguir delitos contra la administración, es decir, los servicios prestados, se culmine y luego, una vez que sea condenado, ya vendrá alguien por arriba que intentará indultarlo y luego será recolocado en alguna de las múltiples empresas que están siendo intervenidas por el Gobierno. Imagino que es por ahí por donde anda el juego. Aunque creo que el papel del Supremo aún está por decidir, su opinión a cerca de los múltiples delitos que ha cometido este señor y en eso confío, en que haya Justicia.

Repaso a la oposición

— ¿Cómo ve a Mar Espinar como portavoz del PSOE en la Asamblea y a Óscar López como secretario general del PSOE-M?

— Veo que simplemente han puesto a candidatos de lealtad perruna en cada comunidad autónoma para que, cuando se caiga el proyecto de Sánchez, tengan dónde crecer un poco. De hecho, se han ido a las comunidades autónomas que consideraban que controlaban menos y han puesto al que debe más a Sánchez y menos tiene en su haber para que esa lealtad sea indiscutible y puedan cometer todo tipo de barbaridades. Véase el caso de Aragón o el propio de Madrid.

Sánchez ha puesto a candidatos de lealtad perruna en las comunidades

A su vez, han puesto a una portavoz (Mar Espinar) que, como no parte de una urna ni en su partido ni ante el pueblo de Madrid, pues está ahí haciendo el papel que le mandan desde la Moncloa. Cree que es hiriente, incisivo y que le puede dar algún rédito para pelear con Más Madrid la segunda plaza. Se pelean entre ellos para ver quién es más extremo conmigo. Yo nunca había visto un nivel tan bajo en la Asamblea de Madrid por parte del PSOE, en la vida. Y tampoco la utilización de nuestras familias y nuestras vidas personales como ahora. Ese nivel demuestra la desesperación en la que se encuentra Pedro Sánchez en Madrid.

— ¿Echa de menos a Mónica García en los Plenos de los jueves? ¿Qué opina de su labor como ministra de Sanidad y de su sustituta en la Asamblea, Manuela Bergerot?

— Como ministra me parece la peor que hemos tenido. Nunca había suscitado tantas manifestaciones en contra y tan poca acción sobre los verdaderos problemas que tiene España. Faltan médicos, llevamos denunciándolo desde hace mucho tiempo. España es un país cada vez más envejecido, cada vez vivimos más años, pero nacen menos niños. Tenemos un problema de sostenibilidad del sistema. No va a los problemas reales porque, como dentro de diez o quince años ya no estarán, les da absolutamente igual. Van a prohibir las cosas más pequeñas, que si fumar en una terraza... en fin, a mí me parece que son frivolidades, estupideces innecesarias totalmente, como la última de los comedores.

Mónica García es un papel mojado que en cuanto tocó moqueta, coche oficial y un poquito de poder, se le ha venido todo encima. Tiene a todo el sector sanitario levantado en armas porque cada medida que toma es más sectaria e inapropiada que la anterior.

— ¿Cómo es su relación con la portavoz de Vox en la Asamblea, Isabel Pérez Moñino?

— Poca. Cuando nos reunimos en Sol al inicio del periodo de sesiones le trasladé que «por qué no cada uno caminamos, buscamos el electorado, unimos, vamos uniendo el voto y ya veremos si en un futuro nos podemos encontrar». Pero vino con un guion establecido y bajó (a la rueda de prensa) y dijo todo lo contrario: «Ayuso viene a confrontar». Entonces, ahora es un poco difícil, aunque nunca ha habido una falta de respeto personal. Nunca Vox y el PP en la Asamblea se han faltado al respeto, siempre hemos tenido unos mínimos puentes, en muchas cuestiones estamos de acuerdo. Pero en otras, ahora mismo, se pone muy complicado porque necesitan distanciarse para electoralmente mantenerse, lo que nos lleva a situaciones de una tensión a veces innecesaria.

Su futuro en política

— Usted ha dicho en alguna ocasión que no quería estar más de ocho años en el Gobierno, que se cumplirán en 2027. ¿Habrá otra legislatura?

— Siempre me lo preguntan. Me han echado tantas broncas en la calle... la gente me dice muchas veces «esto ya no depende de ti, esto es una decisión de los ciudadanos y de los votantes». No te sé decir. Es verdad que ahora tenemos un montón de proyectos puestos en marcha y quiero ver como crecen y se consolidan. Eso es lo que me importa. No estoy pensando tanto en qué va a ser de mí, sino en qué va a ser de todo lo que estamos haciendo en Madrid, que está viviendo sus mejores años. Vamos a ver cómo se consolida. En el momento en el que sepa que no puedo aportar más y que ya uno empieza a ser el problema, sabré irme. Porque creo que la política es responsabilidad. La responsabilidad de gestionar me pesa. Yo no vivo mejor por esto, ni estoy para hacer un modo de vida de la gestión pública.

— Parece más un sí, que se volverá a presentar...

— No lo sé todavía.

— Si la derecha no consiguiera sumar en las elecciones de 2027, ¿daría usted el salto a la política nacional?

— Es lo mismo. En principio, no. Siempre digo que Madrid es España. Los madrileños somos españoles por encima de todo. Yo me siento profundamente española y sé que como representante ordinaria del Estado en esta región, tengo una labor con el resto del país. Lo que ocurre en el resto de la Nación, me ocupa y me preocupa. Quiero lo mejor para todos. Quiero mucho a España y pienso en cómo aportar desde aquí. Ya de esta manera creo que estoy haciendo un servicio importante. A partir de ahí, lo que venga... yo qué sé. Creo que España tiene que cambiar antes de que sea muy tarde, si no es en las próximas elecciones, todo va a ser mucho más difícil porque la alternancia se va a hacer imposible. El Gobierno de Pedro Sánchez no va a dejar en pie un sólo juzgado, una institución por colonizar y si ahora pensamos que este cambio puede ser difícil, ni te cuento dentro de cuatro. Así que, en lugar de ponernos en situaciones utópicas, vamos a cambiar esto, vamos a recuperar el sentido y vamos a realizar las reformas profundas que España necesita antes de que sea tarde.